Bauhaus (casa en construcción, en buen alemán) fue una efímera pero trascendental escuela alemana fundada por Walter Gropius en 1919 (después de la Primera Guerra Mundial) que replanteó a la sociedad todo lo que conocía como cierto, desde su comportamiento hasta el arte y la cultura.

Por Gabriela Mosqueda

Esta escuela existió hasta 1933. Esos 14 años fueron suficientes para cambiar gran parte de los conceptos establecidos en las artes y todavía en nuestros días se juzga vanguardista. La Bauhaus buscaba desdibujar esa línea imaginaria que existe entre los artistas y los artesanos, cambiando la pintura, el diseño textil, la arquitectura, la fotografía, el ballet y la música desde su núcleo, por medio de la enseñanza artística.

El trabajo de maestros y directores de la Bauhaus, así como el esfuerzo académico de los alumnos, sentó el precedente de todo lo que desde los años 40 alrededor del mundo se consideró lo moderno, tanto en arquitectura, pintura y escultura como en fotografía y diseño textil o de mobiliario: todo lo que después se convirtió en el diseño industrial que hoy conocemos.

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En esos años la escuela tuvo solamente dos directores aparte de Walter Gropius: Hannes Meyer y Ludwig Mies van der Rohe. Mientras el nazismo ascendía en Alemania, cerraron la escuela porque era vista como una herramienta de desestabilización social y sus ideas, como socialistas y pro-judías. Este hecho provocó el exilio de varios representantes de la Bauhaus a diferentes países, entre ellos México, que a partir de 1939 se convirtió en el hogar de Hannes Meyer.

“En la Ciudad de México es clara la influencia pedagógica de Meyer, el segundo director de la Bauhaus, que vivió 10 años aquí, fue uno de los académicos fundadores del ‘Poli’ y también dio clases en el IPN” –dice Miquel Adriá, arquitecto, editor, curador e investigador de la historia arquitectónica de México y Latinoamérica–. La influencia de la Bauhaus es fundamental en la historia de la modernidad en todos los países y, de algún modo, lo que se pensó en esta pequeñísima escuela alemana tuvo un peso brutal en todo el mundo”.

RUMBO AL FUNCIONALISMO

En arquitectura, un heredero mexicano de los principios vanguardistas de la Bauhaus fue el movimiento funcionalista, que señalaba que los edificios deben adaptarse a las personas y a sus actividades y no al revés, como casi siempre había sido. Además, en la elección de los materiales han de primar la función y el precio por encima de la belleza.

“Lo que en la Bauhaus se pensó que sería la modernidad se llevó a cabo en Latinoamérica. En el caso de México es clarísimo, pero también en Brasil y Venezuela el movimiento formaba parte de un progreso ideológico que, dada la Segunda Guerra Mundial, no sucedió antes en Europa pero aquí avanzó a partir de los años 30 y 40; es de un impacto muy evidente”, comenta Adriá.

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La primera casa funcionalista en México es hoy un museo abierto al público: es la construida por Juan O’Gorman (arquitecto y muralista) para Diego Rivera y Frida Kahlo.

BAUHAUS CHILANGOS

Planta Bacardí

Mies van der Rohe, tercer y último director de la Bauhaus (que después emigró a Estados Unidos, donde tuvo una prolífica y multipremiada carrera), fue comisionado por los hijos de Facundo Bacardí para construir el edificio administrativo de la destilería de la marca en Tultitlán, Estado de México. La construcción se entregó en 1961.

Foto: Lulú Urdapilleta y www.artwave.it

  • Autopista Querétaro-México 717

Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo

Los primeros edificios funcionalistas son una oda al concreto y a la falta total de ornamentación; su estilo contrasta con las construcciones que le rodean en San Ángel Inn. Actualmente es un museo dedicado a la obra de Juan O’Gorman, Diego Rivera y Frida Kahlo.

  • Altavista esq. Diego Rivera, San Ángel Inn

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Casa Luis Barragán

El jalisciense Luis Barragán es el único arquitecto mexicano que ha recibido el premio Pritzker (el “Nobel de la arquitectura”). Se le otorgó por hacer suyos los fundamentos del modernismo y la Bauhaus pero agregando componentes de belleza y poética en su obra.

Foto: Lulu Urdapilleta y www.artwave.it

  • Gral. Francisco Ramírez 12-14, Ampliación

    Daniel Garza

Centro Urbano Presidente Alemán

Un arquitecto mexicano que aplicó ampliamente los principios de la Bauhaus fue Mario Pani; uno de los mejores ejemplos es este multifamiliar en el sur de la Ciudad de México compuesto por 15 edificios: un proyecto que incluye parques, escuelas y espacios administrativos. Fue llamado el conjunto urbano mejor logrado del siglo XX en nuestro país.

Foto: Lulú Urdapilleta y www.artwave.it

  • Manzana completa entre Félix Cuevas, Av. Coyoacán, Parroquia y Adolfo Prieto, Del Valle

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Centro, campus Constituyentes

Quizá la reinterpretación contemporánea más reciente de los principios de la Bauhaus la podemos ver en este campus de Centro, escuela dedicada a profesionalizar la creatividad y que trata de mostrarlo en su nuevo edificio. Inaugurado en 2015, el proyecto de Enrique Norten incorpora en la escalera monumental una intervención creada por el artista Jan Hendrix. Ahí se podrá visitar hasta el 11 de octubre la exposición interactiva “Bauhaus imaginista”.

Foto: Lulú Urdapilleta

  • Constituyentes 455, América