A este escondido y modesto lugar, al fondo del mercado (pregunta por el puesto de Don Erasmo), uno viene a comer buenos tacos caseros. Es famoso como “Los de cecina de Tizapán” o “El Taquero de Tizapán”.

Opciones simples pero contundentes: cecina, longaniza y campechanos. La cecina es fresca y jugosa, traída tres veces a la semana desde Valle de Bravo. Sólo hay salsa roja, hecha a la vista con chile de árbol en un molcajete gigante. Este sitio prueba que una oferta simple pero buena es garantía de éxito: calidad en los ingredientes, generosidad y abundancia al servir las porciones (los tacos se desbordan) y un trato cálido. Si buscas una buena alternativa para crudear delicioso, ya la encontraste. Para los vecinos de San Ángel ya es una tradición.