¿Te imaginas si otro sismo de más de 8 grados de magnitud azotara al país? Esperemos que no hayas tenido un pensamiento así, pero, afortunadamente, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) sí han reflexionado sobre un desastre de tal tamaño y ya trabajan en un sistema para evitar una catástrofe.

Un grupo de investigadores desarrolla un sistema que sería capaz de evitar el derrumbe de edificios durante sismos de cualquier magnitud, incluso en el caso de que haya uno de más de ocho grados.

Los trabajos están a cargo del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), el cual desarrolla dos prototipos: uno para contrarrestar hasta 80 % los movimientos de inmuebles recién construidos, y el segundo, para detectar el estado real de los edificios viejos.

El jefe del Departamento de Control Automático del Cinvestav, Wen Yu Liu, explicó que el primer prototipo llamado Control Activo Antisismo se refiere a un sistema de contrapeso, el cual se coloca en la parte superior e inferior de un inmueble.

«El sensor (del tamaño de un celular) mide la vibración del edificio y con la computadora vamos a calcular dónde falta ese peso para que desde arriba el amortiguador ofrezca ese equilibrio al momento de un temblor. Eso evita que el edificio se mueva hasta entre 60 % y 80 %», explica el investigador del IPN.

La mala noticia es que no todo es color rosa. «El sistema de control activo tiene la característica de que se coloca desde la parte alta, manda señales a la computadora y además es mucho más eficiente, el problema es que para que funcione requiere pesar 0.3% de lo que pesa el inmueble y que utiliza mucha energía eléctrica», dice.

Por esa razón, el investigador del IPN señala que este sistema no es apto para los edificios que ya están construidos, pues agregaría un peso adicional que afectaría a la estructura.

Para solucionar ese problema, el grupo de investigadores del IPN desarrollan un sistema semiactivo, el cual podría ser menos pesado y requeriría menos energía, gracias a que podría ser utilizado con baterías recargables, como las de un celular.

Además de solucionar el problema del peso, este otro sistema también resolvería el suministro de energía, ya que el servicio eléctrico suele cortarse  cuando ocurren temblores.

«El sistema activo tendría un costo total de 100 mil pesos aproximadamente y, cuando terminemos, el semiactivo sería aún más barato», prometió.

El IPN también piensa en los edificios viejos

Otro de los sistemas que está en desarrollo en el IPN se denomina Monitoreo de Salud del Edificio, el cual utiliza sensores para descubrir el estado real del inmueble analizado.

«Ese ya está casi listo y nos puede decir qué daños tiene la estructura y en dónde, en qué pared o columna y ese es ideal para los edificios que ya existen, para edificios viejos y así lograr mejores diagnósticos ahora que es muy necesario», destacó.

De acuerdo con el investigador de IPN, el Control Semi Activo Antisismo podría estar listo en dos años más, mientras que el Monitoreo de Salud del Edificio estará completado en los próximos seis meses.

Con información de Notimex.