Las segunda temporada de Westworld ha arrancado por HBO. Y, como era de esperarse, ha acarreado más dudas que tienen a la audiencia pegada al asiento. Es por eso que nos emociona compartir esta charla con Evan Rachel Wood, protagonista de la serie.

¿Dónde encontramos a Dolores al inicio de la segunda temporada de Westworld?

ERW: Dolores toma decisiones por sí misma, finalmente. Creo que matar a Ford fue su primera elección real. También nos enteramos de que ha estado albergando a otro personaje: Wyatt. Cuando terminé la primera temporada, no podía esperar para averiguar quién era Wyatt. Ahora vemos todas sus facetas. Ella ya no es solo una «cosa», sino que también tiene acceso a cada rincón de ella y a todas sus diferentes personalidades.

¿Cómo distingues sus diferentes facetas cuando las interpretas?

Es curioso, pero nadie ha notado que ya no tengo acento sureño en esta temporada, ni siquiera en el trailer del Super Bowl. Cuando es Dolores sí lo tiene, pero cuando es Wyatt, no lo tiene. Creo que aprenderán y serán capaces de identificar las señales de cuándo asume cada personalidad.

Después de la primera temporada dijiste que te habías planteado si no eras un robot. ¿Cómo te fue en esta temporada?

Ahora me hago todo tipo de preguntas basada en la información a la que nos confronta la serie. Literalmente tuve una crisis existencial al final de la segunda temporada. Un día iba manejando en mi coche y miré alrededor y no pude evitar preguntarme: ¿qué somos? ¿Qué es esto? ¿Nada de esto es real? ¿Qué estamos haciendo?

Acabas por darte cuenta de que todo es cuestión de programación. ¡Todo es aprendido! A esto lo llamamos el mundo real, pero es el mundo en el que todos hemos acordado vivir juntos. Así es que es raro. No somos libres, ¿sabes? Estamos en un entorno controlado que está muy curado y nos alimentan con lo que se supone que nos deben alimentar. Tú tienes que buscar la verdad, especialmente ahora.

¿Crees que interpretar a Dolores te ha cambiado?

Me cambió en todos los sentidos. Realmente me involucro con los personajes y a veces es difícil no atravesar los mismos cambios evolutivos que ellos. Los de Dolores son muy profundos y están muy arraigados en la realidad, son una metáfora para algo más.

Creo que todo el mundo se siente identificado con Westworld, quizás de formas diferentes. En mi caso, me hizo encontrar un poder que siempre había tenido y al que simplemente no sabía que podía acceder, o que no creía tener, o al que había sido programada a renunciar. Ella me hizo cambiar de idea. Me hizo hacer más preguntas. Y suena cursi, pero me hizo creer más en mí misma. La veo como un ser separado de mí, así que busco en ella mi fortaleza. Por eso, cuando participé en la marcha de las mujeres y cuando testifiqué en el congreso, llevé puesto un medallón con Dolores en cada momento.

Mencionaste haber testificado en el Congreso recientemente, ¿cómo se dio?

Amanda Nguyen, quien escribió el proyecto de ley, me contactó, simplemente como otra sobreviviente, pidiendo ayuda. Dijo: «Hemos logrado la sanción a nivel federal, pero aún debe ser aplicado en todos los estados. Necesitamos generar conciencia y tú tienes una plataforma y también tienes una historia, ¿vendrías a contarla delante del Congreso?».

Mi historia sólo la sabían unas cinco personas, así que la idea de que todo el mundo lo supiera, era abrumadora y aterradora. Pero, el hecho de que tuviera tanto miedo y vergüenza de contar mi historia, me dio ganas de hacerlo. Me di cuenta de que estaba equivocada, que no debería sentirme así, así que le dije que sí.

Es muy interesante, dada la temática de la serie, que tanto tú como Thandie (Newton) tengan esas historias que contar.

Sí, y ahora estamos en un lugar donde podemos hablarlo abiertamente.

Y tienes un increíble medio para hablar de ello.

Siento que era el destino. Thandie, Lisa (Joy) y yo lo hablamos mucho: ¿cómo se dio esta sincronización tan perfecta?, ¿cómo puede la vida imitar al arte en una escala tan masiva?

Cuando declaré ante el Congreso le envié un mensaje en broma a Lisa diciendo: «Vamos a quemar el mundo y construir un mundo nuevo». ¡Pero en serio! ¿Qué está sucediendo? Creo que al principio nos preocupaba que el público no estuviera listo para Westworld. Porque era una serie tan honesta, que nos presentaba un espejo. Hoy creo que el público no sólo estaba preparado, sino que ya estamos en ese punto. Así que este es el momento perfecto para la serie.

¿Crees que hay algo que Jonah (Nolan) y Lisa -creadores de la serie- pudieron absorber del entorno hace un par de años para anticipar dónde estaríamos?

Absolutamente. Pero creo que lo importante, y es lo que Westworld hace bien, es hacer las preguntas adecuadas. Creo que nada de lo que está sucediendo ahora es verdaderamente nuevo. En todo caso, creo que sólo estamos repitiendo el mismo patrón una y otra vez.

Luchamos siempre por lo mismo; volvemos siempre a las mismas cuestiones, aunque algunas las regurgitamos con algunas variaciones. Así es que ni siquiera es tan sorprendente y, extrañamente, creo que todos lo vimos venir y que cualquiera puede descifrarlo.

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¿Crees que hay un resultado esperanzador?

Ese otro tema de la serie: a veces nuestras mayores epifanías o etapas de revelación vienen del sufrimiento. Creo que al dolor y al sufrimiento se les ha atribuido una connotación negativa, cuando muchas veces significa cambio, significa soltar, significa alejarse de algo.

Es doloroso e implica un duelo, pero es necesario. Creo que si pudiéramos hacer las paces con nuestro dolor como algo necesario para mutar, podríamos sentirnos mejor. Quizás entonces no tendríamos que estar completamente aniquilados antes de que pueda suceder algo bueno.

¿Cuál es el impacto de ser parte de la serie sobre tu propio comportamiento en términos de tecnología y de redes sociales?

Creo que hoy nuestras mayores amenazas no son las bombas que nos tiran, sino el ataque psicológico que padecemos cada día en algún nivel. La gente necesita ser más consciente de lo frágiles que son nuestras mentes y de lo fácil que es manipularlas.

Creo que todos estamos demasiado confiados en el hecho de que tenemos libre albedrío. No cuestionamos nuestra propia realidad lo suficiente. Definitivamente ha habido veces en las que he tenido que esconder mi teléfono celular, o eliminar las aplicaciones de las redes sociales, porque te absorben.

Todos buscan algún tipo de verdad. Me parece que estamos en una era en la que la vulnerabilidad, la integridad y la honestidad son revolucionarios. Eso es lo que escandaliza a la gente. Es como cuando me dirigí al Congreso. Todos decían que era increíble y un acto de valentía, y me daban ganas de decir: «Gracias, sí, fue muy duro, y requirió mucha valentía, pero en realidad lo único que hice fue contar mi historia y ser vulnerable y ser honesta». Y todo el mundo contesta: «¡Oh, Dios mío! ¡Eso es tan valiente!». Hoy ser valiente es ser honesto. Pero ahora todos sienten vergüenza de su verdad, también.

Estreno de Westworld

HBO estrena un capítulo de la segunda temporada de Westworld cada domingo a las 21:00 hrs.

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