Este fin de semana (además de Depredador y Un pequeño favor) se estrenó Pie pequeño, sin relación alguna con la cinta animada de los 90 que seguía las aventuras de “piecito”. La animación se colocó como el estreno más taquillero de esta semana y aquí algunas razones para verla.

Pie pequeño cumple su función

La historia de Pie pequeño sucede en la cima del Himalaya, donde los famosos Yeti tienen un aldea que “funciona” en paz y tranquilidad hasta que sus creencias se ven invadidas por un extraño. La cinta tiene sus chistes, canciones (muchas canciones) y momentos divertidos para todos esos niños que llevamos dentro. Una opción entretenida para llevar a los más pequeños pero sin quedarte dormido.

Migo, el Yeti más aventurero, desciende a los valles en busca de Pie pequeño, la criatura que el más sabio de la aldea niega su existencia: el hombre. En la travesía se suman a Migo algunos aldeanos y un simpático humano. Mientras la relación entre ambas criaturas crece, el muro de la ignorancia se derrumba para el Yeti y sus amigos.

Analogías modernas de Pie pequeño

La trama de Pie pequeño arroja varios cuestionamientos al espectador, que van desde  lo que sabemos y damos por hecho; las diferencias del otro (tolerancia), clases raciales e inclusión, además del gran dilema sobre “hacer lo correcto”. Mucho ojo para los fanáticos de las religiones, saldrán con una nueva visión. 

Lo no tan cool de Pie pequeño 

Al final (no spoilers) el conflicto principal se resuelve en persecuciones (secuencias de montaje) al mero estilo de Scooby-Do sin mayor problema para los protagonistas. El elenco de doblaje latino incluye a Sebastian Yatra, en la voz de Mingo, su acento colombiano por momentos no logra “conectar” con el personaje debido al contexto. Lee la sinopsis completa aquí.