A Star is Born reitera que las coincidencias no existen. Stefani Germanotta (Lady Gaga) conoció la actuación antes de la fama, los Grammy y el Golden Globe, no sorprende que el papel protagónico de esta versión —antes fue de Garland y Streisand— recaiga en ella.

Por su parte Copper debuta en la dirección, contraparte masculina en la cinta, que va tejiendo una química innegable mientras avanza la trama entre ambos actores. Jackson Maine, un músico prodigio (con severos problemas de alcohol) conoce a Ally una noche cualquiera donde la música y la relación de ambos personajes ofrecen “frescura” en los primeros minutos de A Star is Born.

A Star is Born: historia de amor entrañable 

Gaga logra mostrar que domina el canto, baile y ahora la actuación de una manera magistral. Cooper logra escenas entrañables (sensibles) con cámara en mano y la construcción del amorío entre ambas estrellas es mostrado de forma casi natural.

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Mientras la carrera de Ally va en ascenso, la chica deja atrás las inseguridades sembradas por su padre y la industria musical —estándares de belleza insostenibles— el personaje de Cooper enfrenta demonios que lo hunden en la decadencia y “la pena ajena”, termina con su trayectoria y el matrimonio con la joven cantante.

En los últimos minutos de la cinta, el trabajo en manos del director Bradley Cooper se hace notar. Las tomas al rostro de una Gaga “natural” ofrecen más realismo a su calidad interpretativa y por supuesto vocal.

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Ambos actores trabajaron en la banda sonora, que funciona como un extra para contar la historia, A Star is Born nos regala una versión madura de Cooper como histrión y una encantadora Gaga, que en el acto final de la película logra “sacudir” con su melodía hasta al más insensible.

A Star is Born, quizá, resulte una versión menos “rosa” de La La Land para los amantes de los amores entrañables, las imposibilidades y las relaciones que nos hacen arder…