El cine con inclinación hacia el campo de lo erótico se ha encontrado presente internacionalmente desde los albores de este medio. Ya sea en filmes con subtextos pícaros y sugerentes o en aquellos con aproximaciones más directas y explícitas, lo erótico es un elemento que se encuentra lejos de desaparecer en el séptimo arte.

México no es la excepción a la regla. En la denominada Época de Oro del cine nacional se presentaron varias películas que incluían en sus tramas insinuaciones de carácter sexual y eróticas. Aunque no llegaban al punto de “transgredir” la moralidad del periodo.

Con la llegada de la década de 1970 y el surgimiento de nuevas tipologías de filmes se dio rienda suelta a la sexualidad y al erotismo. Dentro del cine de ficheras abundaron las escenas con desnudos explícitos y con un alto contenido sexual que otrora hubiera originado más de un reclamo por parte de cosmovisiones conservadoras.

A continuación presentamos cinco películas eróticas mexicanas contemporáneas que suelen combinar su alto contenido sexual con una variedad de temáticas entre las que destacan el crimen, la infidelidad y el misterio.


La habitación azul (Walter Doehner, 2002)

Esta cinta dialoga en torno al pasado y a la represión. Su trama comienza con el retorno de Toño (Juan Manuel Bernal) y de su esposa Ana (Elena Anaya) al pueblo natal de éste. Sin embargo, el viaje se encuentra relacionado con una vuelta al pasado que revivirá antiguas pasiones.

Ya en el pueblo, Toño se reencuentra con Andrea (Patricia Llaca), quien fue una antigua compañera de la escuela. Ambos comienzan a abrirse a los deseos carnales que reprimieron durante su juventud bajo el cobijo de las paredes de la “habitación azul” del Hotel Paraíso.

Simultáneamente, los rumores en torno al affaire de Toño y de Andrea confirmarán que en pueblo chico el infierno es grande.


Año bisiesto (Michael Rowe, 2010)

Esta película que llegó a encontrarse presente en el Festival de Cannes plantea la historia de Laura (Mónica del Carmen). Ella es una mujer originaria de Oaxaca que vive por su cuenta en un departamento de la Ciudad de México. Su vida se distingue por la monotonía que únicamente se ve quebrada por las visitas de su hermano y por algunos encuentros sexuales ocasionales que sostiene con varios hombres.

La vida de Laura da un giro radical al momento en el que conoce a Arturo (Gustavo Sánchez Parra), quien la introduce en las prácticas sexuales sadomasoquistas. Este descubrimiento da un vuelco significativo a su vida, pero al mismo tiempo se verá envuelta en un círculo de erotismo, violencia y de espera.

La cinta de Michael Rowe motiva a un diálogo en torno a lo que es la búsqueda de la felicidad a través de una polémica vía de carácter erótico.

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Las oscuras primaveras (Ernesto Contreras, 2014)

El también director de Párpados azules (2007) y de Sueño en otro idioma (2017) presenta en su tercer largometraje una oscura y compleja historia que se construye en torno al deseo y a las ataduras para dar rienda suelta a éste.

Su trama narra la historia de Igor (José María Yazpik) y de Pina (Irene Azuela), quienes inician un profundo affaire tras un fortuito encuentro en el lugar donde trabajan. Entre ambos comenzará a surgir una gran obsesión que los motivará a hacer todo lo que se encuentre a su alcance para estar juntos, aunque ello implique dañar a quienes están a su lado.

Ambos no se encuentran del todo libres, puesto que Igor está envuelto en un monótono matrimonio con Flora (Cecilia Suárez), mientras que Pina es una madre divorciada con un pequeño hijo sobre el cual descarga su ira y sus frustraciones. Ernesto Contreras construye en esta película una historia de deseo desenfrenado y de las oscuras y funestas consecuencias de éste.


Canon (Fidelidad al límite) (Mauricio Walerstein, 2014)

Bajo el esquema del melodrama familiar, Mauricio Walerstein introduce la historia de Mariana (Mariana Seoane) y de Julián (Plutarco Haza), un matrimonio aparentemente feliz y estable con dos hijos adolescentes. ¿Qué podría salir mal?

El conflicto surge en el panorama de los protagonistas poco tiempo después de un encuentro sexual en donde Julián le confiesa a su esposa que a él no le afectaría la infidelidad siempre y cuando estuviera al tanto de ésta. Ante tal declaración, Mariana sostiene un affaire con uno de sus clientes, Javier (Humberto Zurita), lo que desencadena un gran conflicto en el núcleo familiar.

Canon es una de las películas eróticas mexicanas que se construye como un melodrama y que plantea temas novedosos y controversiales para el cine de México como la idea de un matrimonio o de una relación abierta.

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Memorias de lo que no fue (Leopoldo Laborde, 2017)

Otra de las películas eróticas mexicanas más famosas es Memorias de lo que no fue. El cine con temática homosexual también ha explorado el erotismo y la sexualidad con gran fuerza dentro de la producción mexicana. Es una cinta que se aproxima a las peculiaridades del thriller erótico presentando un misterio a descubrir y una alta carga sexual.

La historia se centra en Fernando (Paul Act), un joven que se despierta desnudo en un sitio completamente desconocido para él. En el lugar se encuentra a Miguel (Eduardo Longoria), quien le recuerda que tuvieron relaciones sexuales la noche anterior. Sin embargo, Fernando no recuerda su nombre, su pasado, ni su propia vida.

Asimismo, este filme de Leopoldo Laborde entremezcla la búsqueda de Fernando por recordar su pasado y recuperar su identidad con varios encuentros sexuales explícitos entre los protagonistas. Se trata de una propuesta poco vista con anterioridad en el cine mexicano.