La nota roja y el fotoperiodismo mexicanos están de luto por la muerte de Enrique Metinides, quien con su lente captó todo y más durante décadas.

Todes en algún momento de la vida hemos leído la nota roja, y hemos visto las fotos de Enrique Metinides. Su pasión por la fotografía y su talento y astucia para captar el lado oscuro de la vida lo llevaron a volverse una leyenda, misma que quedará para que las nuevas generaciones aprendan. Y es que falleció la mañana de este 10 de mayo, dejando este mundo a los 88 años.

“Fallece el gran foto reportero Enrique Metinides, una leyenda viva del periodismo mexicano. En paz descanse y que su obra sea más conocida por las nuevas generaciones”, anunció Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, vía redes sociales.

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El legado de la leyenda de la lente Enrique Metinides

Aunque fue un fotógrafo muy famoso, vale la pena repasar su trayectoria detrás de la lente. Jaralambos Enrique Metinides Tsitonides, su nombre completo, nació en la colonia Guerrero de la Ciudad de México en 1934. Este chilango tenía sangre griega, algo no planeado pues sus padres sólo habían venido de luna de miel pero la Primera Guerra Mundial les impidió volver a casa.

Cuando tenía 9 años, su padre le regaló una cámara Kodak Brownie. Con ella, el chico se interesó por captar imágenes en el centro de la Ciudad de México; vivía en la calle de las Vizcaínas. Entre lo que fotografiaba estaban escenas atemorizantes o escalofriantes, de esas que sólo caben en la sección de nota roja. Según contó alguna vez, la inspiración le vino porque le encantaba ver películas de acción, de gángsters, y le llamaban la atención los accidentes.

Pero, ¿cómo llegó a las páginas de los diarios? Personal del Ministerio Público de la entonces delegación Cuauhtémoc que comía en el restaurante que tenía su padre en San Cosme, vio su trabajo. Entonces lo invitó a retratar detenciones, peleas, accidentes, y más tragedias. Y se hizo conocido como “El niño”, quien publicó su primera fotografía en el periódico La Prensa cuando apenas tenía 11 años de edad. Por cierto, no le pagaron, su primer sueldo fue hasta los 16.

Posteriormente trabajó como ayudante de Antonio Velázquez “El Indio”, reportero de La Prensa. Con él fotografió a varios delincuentes en el Palacio de Lecumberri. Y su hobbie se volvió su trabajo, mismo que además de la adrenalina de balaceras y demás desastres del acontecer capitalino también le trajo accidentes y afectó su salud con un infarto.

El hombre que vio y retrató las tragedias de la CDMX como nadie

Al avanzar en su carrera se convirtió en “el hombre que vio demasiado”. Pero también se fue ganando el reconocimiento de colegas y tode aquel que trabajaba en la prensa mexicana. Por lo que llegó a ser reconocido como el mejor fotógrafo policiaco.

Publicó libros como Las 101 tragedias de Enrique Metinides. Además, su obra se convirtió en tema central de exposiciones, como una en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa) que se puede ver en línea. También está el documental El hombre que vio demasiado, de la directora Trisha Ziff.

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El fotógrafo autodidacta también publicó sus imágenes, captadas con su sensibilidad única en medios como Alarma, Crimen y Zócalo. Pero también estuvo delante de la lente, pues se puede ver una imagen suya en el Museo El Estanquillo.

Recientemente tuvo problemas de salud a causa de una caída, y estuvo hospitalizado. Al regresar a sus redes sociales, el mes pasado, informó que se hará la cinta El hombre de la multitud, inspirada en él y dirigida por José Manuel Cravioto

Descanse en paz el maestro de la lente, Enrique Metinides. Sin duda, su legado permanecerá por siempre para las próximas generaciones de fotógrafos y periodistas no sólo de la nota roja.