Al sur de la capital se ubica este hermoso parque chilango, el cual ha delimitado los pintorescos barrios de Chimalistac y de San Ángel desde hace casi un siglo. En su parte central se ubica un monumento a Álvaro Obregón, cuyo origen rememora los trágicos episodios que una vez sucedieron en este lugar. Hoy te contamos la historia del Parque La Bombilla y todo lo que debes saber sobre su emblemático memorial.

Esta es la historia del Parque La Bombilla

No importa si es entre semana o durante el fin: Este amplio rincón verde sabe transmitir tranquilidad y silencio a sus visitantes. Diariamente, ciclistas y patinadores forman parte de su paisaje cotidiano; asimismo, sus fuentes saltarinas se han convertido en un punto de encuentro para las infancias y para los alegres lomitos que saltan en sus aguas.

Aunque pareciera que el tiempo avanza lentamente en este rincón sureño, lo cierto es que su panorama se ha transformado considerablemente desde hace varias décadas. En efecto, los orígenes de este destacado lugar se remontan a 1911, cuando abrió sus puertas ahí un importante restaurante de la ciudad, llamado La Bombilla.

Al ubicarse en los límites de Chimalistac y colindar con el barrio de San Ángel, este restaurante se convirtió pronto en un sitio concurrido por las clases altas de la zona. Se dice que el establecimiento estaba iluminado con bombillas eléctricas que colgaban desde el techo; por este motivo, sus propietarios le habían otorgado el nombre que hasta la actualidad conserva el parque.

Durante veinte años de funcionamiento, este restaurante recibió como comensales a importantes figuras de la vida política del país, así como comerciantes y personas de negocios. Por ello, no era ninguna sorpresa que Álvaro Obregón, quien ya había fungido como presidente del país, acudiera a La Bombilla el día que lo asesinaron.

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Asesinato de Álvaro Obregón

Los trágicos hechos ocurrieron durante la mañana del 17 de julio de 1928, cuando el político aceptó una invitación de diputados guanajuatenses para celebrar su recién anunciada reelección como Presidente. Mientras se encontraba en la mesa, un joven de nombre José de León Toral se hizo pasar por caricaturista e ingresó a La Bombilla para ofrecer retratos a los comensales.

Cuando se acercó a la mesa del grupo político, Toral comenzó haciendo bocetos para otras personas hasta que finalmente llegó con Obregón. Después de hacerle un retrato, el joven le mostró su trabajo al político y, en ese mismo instante, sacó un arma y le asestó seis disparos que acabaron al instante con su vida.

La noticia corrió a lo largo del país y, al día siguiente, la justicia ya había encontrado a la autora intelectual del asesinato. Nada menos que una monja católica, llamada Concepción Acevedo de la Llata (conocida como La Madre Conchita), con quien Toral había tenido una conversación sobre la importancia de asesinar a Obregón para proteger su fe.

La mujer fue aprehendida y torturada; y, a pesar de demostrar su inocencia, su juicio presentó varias irregularidades, por lo cual recibió una condena de veinte años en prisión. A su vez, José de León Toral fue condenado a muerte y fusilado en Lecumberri en 1929.

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Al respecto de este magnicidio han surgido numerosas leyendas y teorías. Una de ellas sugiere que existió una gran conspiración para asesinar a Obregón, ya que su cuerpo había recibido balas de diferentes calibres, lo cual demostraría que más de una persona le disparó en el lugar. Asimismo, aseguran que el político ya estaba al tanto de los rumores de su posible atentado, pero había decidido ignorar las advertencias.

Lo cierto es que Obregón tenía numerosas enemistades, especialmente después de que Elías Calles comenzara una persecución religiosa dos años atrás, la cual derivó en la Guerra Cristera. Por otra parte, su reelección supuso algunas reformas a la recién promulgada Constitución y enardeció a sus rivales políticos.

Monumento, su historia y simbolismo

Transcurrieron seis años desde el asesinato de Obregón cuando el presidente Abelardo L. Rodríguez comenzó la construcción del parque y del monumento. Su inauguración tuvo lugar el 17 de julio de 1935 bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas. Y el diseño corrió a cargo del arquitecto Enrique Aragón Echegaray.

Este monumento consiste en una torre alta que, en su parte frontal, es custodiada por dos grandes esculturas de Ignacio Asúnsolo. Una de ellas lleva una mazorca en la mano y la otra sostiene un mazo, por lo cual se han convertido en símbolo de la fecundidad y el trabajo.

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En los costados exteriores de la torre también se observan algunos relieves que exaltan el trabajo del pueblo y el fruto de sus esfuerzos, como una alegoría del triunfo y del sacrificio. Asimismo, en la parte posterior se erige un águila con las alas abiertas con cactáceas al fondo como símbolo de la patria.

El interior del monumento consiste en una gran sala de piso de mármol que, en otro tiempo, albergaba la mano en formol de Álvaro Obregón que había perdido en una batalla. Sin embargo, este objeto fue retirado a finales del siglo XX; por otra parte, la sala cuenta con una escalinata que conduce a un mirador en la cima de la torre (actualmente cerrado al público).

Por su parte, el parque cuenta con un brillante espejo de agua y fuentes saltarinas. Así como frondosos árboles y jardines que brindan frescura a sus visitantes. En este sitio también se han instalado juegos infantiles y banquitas para que la gente pueda tomar un descanso en el lugar.

¿Ya conocías la historia del Parque La Bombilla? Si todavía no recorres este lugar, te invitamos a que acudas a disfrutar de la zona. Ya que andes por allí, aprovecha y échale un ojo a: Museo de El Carmen, el enigmático recinto con momias de la CDMX.