La Ciudad de México se ha ganado el apodo de la ‘jungla de asfalto’ debido a que en algunas zonas el gris del pavimento y de muchas construcciones le ha ganado la batalla a las zonas naturales. Sin embargo, hay algunos pequeños oasis que resisten contra todo pronóstico. Se trata de vestigios de cuando esta ciudad era una metrópoli lacustre, llena de ríos y canales. Uno de estos oasis es el de las últimas aguas termales que existen en CDMX: las de El Peñón de los Baños.

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Aguas termales, una ventana al pasado prehispánico de CDMX

El Peñón de los Baños, o simplemente ‘El Peñón’ para los vecinos de la zona, tiene una historia que se remonta a siglos atrás. Si alguna vez te habías preguntado por qué ese curioso apellido del barrio, la respuesta está aquí. Ese lugar se hizo famoso por sus aguas de manantial. A decir de quienes aún se dan cita para tomar baños en ellas, las aguas tienenpropiedades curativas.

Ya desde la época prehispánica a este lugar acudían personas de los alrededores para aliviar sus dolencias mediante el temazcal, un ritual ancestral en el que se suele combinar el vapor y las hierbas aromáticas y medicinales. Este apapacho que ya conocían los antiguos mesoamericanos está ampliamente documentado como método terapéutico. De acuerdo con las creencias prehispánicas, puede aliviar diversas dolencias, como las reumas, la gripe o el asma.

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Más allá de si cura los males físicos o no, lo que no puede negar cualquiera que haya tomado un baño de temazcal, es que es un excelente método de relajación y sirve como método para mantener a raya el estrés. Así como en diversas culturas desde tiempos inmemoriales se usaban los baños o saunas como lugares de esparcimiento o incluso de meditación, los baños de la colonia El Peñón son excepcionales porque están abastecidos con la mismas termas milenarias. Además de ser relajante, visitar este lugar te permite darte una probadita de historia de nuestra querida ciudad.

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Déjate atender “a cuerpo de rey” (o de reina)

Aunque hoy los temazcales son una práctica que es más o menos asequible, esto no siempre fue así. Al Peñón de Los Baños no acudía cualquiera, sino la crema y nata de la estructura política y religiosa en la época prehispánica. Se cuenta que a estas aguas cargadas de minerales curativos acudía el mismísimo emperador Moctezuma. Esto ya nos da un indicio de lo afamado que era este sitio y de que, además, no era para cualquiera.

Pero no solo Moctezuma venía aquí. También la emperatriz Carlota y Maximiliano se daban cita en esta colonia para pasar momentos de relajación. Asimismo, Porfirio Díaz acudió a probar las bondades de estas aguas. Y la lista sigue: obispos, frailes e investigadores han reposado sus cuerpos y se han dejado consentir en las tinas de mármol que aún hoy, siglos después, continúan abiertas al público. Hoy ya no es necesario ser parte de la nobleza para acceder a las últimas aguas termales de CDMX. Basta con pagar la cuota de recuperación (en nuestro caso fueron los 250 pesos mejor invertidos del mes) y ya tendrás acceso a sus famosas tinas de mármol. Puedes acudir de manera individual o en pareja. ¡Consiéntete, tú lo vales!

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Consideraciones adicionales por si quieres tomar el chapuzón curativo

Lo primero que tienes que saber si quieres acudir a las últimas aguas termales de CDMX es que, a diferencia de los tiempos ancestrales, estas ya no brotan en manantiales. Ahora están entubadas. Sin embargo, a decir de quienes atienden el lugar, estas aguas siguen teniendo la misma fama de curativas que en antaño.

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Otra cosa que tienes que saber es que en El Peñón de los Baños las cosas han cambiado desde los tiempos de Maximiliano. Hoy tiene fama de “barrio bravo”. Tampoco es que te estés yendo a meter a la boca del lobo. Peeero, lo mejor es que acudas en compañía de alguien. Los baños están al ladito de la capilla y si no le entras al calor, pues tampoco le andes jugando al aventurero/a, porque las aguas pueden llegar a alcanzar entre los 47 y 50 grados. Los masajes corporales se cobran aparte.

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¿Dónde?: Boulevard Puerto Aéreo 465, Venustiano Carranza (al lado de la capilla)

Precio: $250

Horarios: lun-dom 07:00-19:00 (El tiempo está limitado a una hora en las tinas)