El Conde Orlok no es seductor, ni elegante, es aterrador y no puede —ni quiere— ocultarlo: su larguísima sombra, los ojos que jamás parpadean. Calvo y con rasgos similares a los de un murciélago, lleva 100 años emergiendo de la oscuridad como protagonista de Nosferatu; filme que lanzó al estrellato a los vampiros y originó los componentes del género; sombra, luz y sangre, que a fin de cuentas, son elementos de la vida misma.

De acuerdo con el libro The Nosferatu Story: The Seminal Horror Film, Its Predecessors and Its enduring Legacy. La producción fue realizada en 1922 por Prana Films; fue dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau y la noche de su estreno fue en la Sala de Mármol del Zoológico de Berlín. El programa incluyó un monólogo del protagonista, Max Schreck, un baile de máscaras. Además de un fiestón que se prolongó hasta las dos de la mañana y que costó más que la película.

En esa época, el éxito no se medía a través de taquillazos o mediante los ingresos el día del estreno. Sin embargo, puede decirse que  tuvo éxito: causó revuelo, controversias y líos legales. Al igual que con otras obras los rumores que la rodearon fueron clave para su fama, que perdura hasta nuestros días; aunque es obvio que se basa en Drácula. Conde misterioso y malévolo que necesita consumir sangre, duerme en un ataúd y desea a la mujer de su prójimo. Los nombres de los personajes fueron cambiados para evitar problemas legales. 

Spoiler alert: igual les cayó una demandota por parte de la viuda de Bram Stoker, pues la obra era su única fuente de ingresos. 

Ocultismo, horror y otros secretos vampíricos

Lejos de tener una producción “maldita” como “El exorcista” o “La Profecía”; el misterio se debe al inolvidable aspecto del vampiro, a su atmósfera inquietante y a su simbolismo. Creada por el diseñador de producción Albin Grau, este se inspiró en los horrores que presenció durante la Primera Guerra Mundial. También era asiduo al ocultismo; fue miembro de varios grupos esotéricos alemanes, como la Hermandad de Saturno y la Ordo Templi Orientis, dirigida por el célebre Aleister Crowley. 

Asimismo, se inspiró en un relato que escuchó en Serbia, donde un campesino le contó que su padre fue enterrado sin recibir ningún sacramento y se convirtió en un vampiro.

Demandas, enfermedad y el poder del sol

De hecho, la creación de Prana-films fue con el propósito exclusivo de producir películas con temas relacionados al ocultismo. Asunto que no pudo cumplirse debido a la demanda de Florence Stoker. La viuda logró la destrucción de casi todas las copias; por lo tanto, la casa productora se declaró en bancarrota para protegerse y su única producción fue “Nosferatu” y con eso fue más que suficiente. El Conde Orlock sigue siendo el máximo referente vampírico y Murnau fue el primero en establecer al sol como el enemigo de estas criaturas.

Esto se debe, básicamente, a limitaciones técnicas y de presupuesto. Como sabemos, aniquilar a un vampiro requiere cortarle la cabeza y quemar el cuerpo, aspectos que en ese tiempo, eran mucho más difíciles de recrear. 

Es por eso que, ante la luz del sol, Nosferatu desaparece. No solo fue más bara e ingenioso, sino que adquirió más de un significado; al igual que ahora, eran tiempos pandémicos y la luz solar se consideraba un factor vital para la recuperación de quienes enfermaban de gripe española; también se asocia a la idea de que esa vida sombría, causada por la posguerra, no sería eterna. Pues, como se ve en diversos relatos la luz (casi) siempre vence a la oscuridad. 

De hecho, el look del vampiro, así como la presencia de ratas y murciélagos cerca de él. Lo hacen ver como una representación de la enfermedad que mató a más de 1 millón de personas.

El legado de Nosferatu está presente en casi todas las películas de vampiros; ya sean elegantes y eróticos, o irritantes adolescentes, el sol sigue siendo su enemigo. Además, su atractivo casi siempre suele esconder un look muy similar al del personaje de Murnau. 

100 años de Nosferatu

Cumplidos sus primeros 100 años Nosferatu sigue siendo una experiencia intrigante, que, seas o no fan del género, vale la pena conocer. Por eso te dejamos este link donde puedes verla gratuitamente.

Seguido de un número de baile. Después de la proyección, hubo un elaborado baile de máscaras, con vestidos, trajes y disfraces adecuados para honrar una película tan morbosa. La fiesta, bautizada como “Das Fest des Nosferatu” (“El festival de Nosferatu”). Se prolongó hasta las dos de la madrugada, con invitados como los cineastas alemanes Ernst Lubitsch y Heinz Schall. Como señala Brenton Film, la fiesta y la campaña promocional en torno a la película costaron más que la propia película.

Afortunadamente, este elaborado evento se ha recreado hasta cierto punto en la actualidad. En Austin, Texas, se celebra anualmente el Festival Nosferatu, que invita a los aficionados de todo el mundo a viajar a la “Ciudad de los Murciélagos” de Estados Unidos y a celebrar todo lo relacionado con los vampiros.

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