Al pie de la entrada del Metro Balderas, en el cruce de las avenidas Arcos de Belén y Niños Héroes, se encuentra el Centro Escolar Revolución. A primera vista podría parecer una escuela común y corriente. Sin embargo, en su interior alberga varios tesoros ocultos de arte y de la cultura mexicanas. Pero también esconde un pasado sombrío.

En el mismo lugar donde se encuentran las aulas por las que diariamente transitan alrededor de 1500 niños y niñas chilangos antes se encontraban celdas que albergaron tanto a criminales como a presos políticos. Descubramos entonces la historia de la cárcel que se transformó en un proyecto de educación socialista.

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Las víctimas de Belén

“El predio originalmente data de 1683“, cuenta en entrevista para Chilango Gerardo Lumbreras, director de la Escuela Primaria Revolución, el más grande de los planteles educativos que alberga el centro escolar. Gerardo cuenta que en la época colonial el espacio se utilizaba como un asilo y recogimiento para mujeres pobres. Posteriormente pasó a ser un colegio para niñas de clases acomodadas.

Pero en 1863 la historia del lugar actualmente ubicado frente a las actuales instalaciones de Televisa Chapultepec dio un giro radical. Allí se edificó el que a la postre sería el símbolo de la censura y la represión del régimen porfirista: la Cárcel de Belén.

Por dicha prisión pasó en 1869 el famoso estafador Jesús Arriaga, mejor conocido como ‘Chucho el roto’. También estuco preso en la Cárcel de Belén José de Jesús Negrete, el ‘Tigre de Santa Julia. Este último permaneció 8 años encarcelado hasta su fusilamiento en 1910.

Tigre de Santa Julia real
Jesús Negrete, el ‘Tigre de Santa Julia’

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Asimismo, en sus tiempos como prisión, lugar que ahora alberga el Centro Escolar Revolución fue escenario de dictatoriales venganzas políticas. Por sus críticas a Porfirio Díaz, allí fue a parar Filomeno Mata, fundador del Diario del Hogar. Otro caso de censura dictatorial es el que sufrieron los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, quienes también fueron encarcelados por las críticas hacia Díaz emitidas en su periódico, Regeneración.

Ricardo Flores Magón en cárcel de Belén
Ricardo Flores Magón

Un proyecto de educación socialista

Pero tras el triunfo de a Revolución Mexicana, los gobiernos posrevolucionarios decidieron convertir la cárcel que representaba al viejo régimen en un símbolo de la transformación que vivía el país. En 1933 los presos de la Cárcel de Belén fueron trasladados al Palacio de Lecumberri. La prisión se derribó y sobre el predio se construyó una de las escuelas más grandes del país. Nació así el Centro Escolar Revolución.

“Fue diseñado con la idea de tener una escuela con las ideas socialistas“, comentó a Chilango Gerardo Lumbreras. El centro educativo fue inaugurado por el presidente Abelardo Rodríguez en 1934. Abrió sus puertas en 1935, ya durante el gobierno socialista de Lázaro Cárdenas. Una escultura en la entrada del complejo ilustra el simbolismo del proyecto que buscaba resignificar el espacio: “Educar es redimir”, se observa en la base de la escultura colocada en la entrada de la antigua cárcel. La pieza muestra a una maestra leyendo un libro alrededor de niñas y niños.

Escultura del Centro Escolar Revolución
Escultura colocada en la entrada del Centro Escolar Revolución

Joyas artísticas

Pero lo que hace peculiar al Centro Escolar Revolución es el hecho de que los gobiernos posrevolucionarios invitaron a integrantes de la Liga de Artistas y Escritores Revolucionarios a participar en el proyecto. Por ende, en el interior del recinto hay auténticas joyas del arte y la cultura mexicanas.

“Albergamos obras muy importantes. Tenemos murales de Aurora Reyes y del maestro Raúl Anguiano. También están los vitrales de Fermín Revueltas que se encuentran en el área de la biblioteca y que están muy bien conservados”, comenta Gerardo Lumbreras. En efecto: apenas al ingresar a las instalaciones del complejo educativo se observa el mural Fascismo y Clero, enemigos del pueblo, de Raúl Anguiano. La imagen muestra a una niña y a un niño estudiando. Debajo de ellos, enterrados bajo la tierra, aparecen Adolfo Hitler y un sacerdote, así como espadas que amenazan con herir a quien camine sobre ellas.

Murales del Centro Escolar Revolución
Mural Fascismo y Clero, enemigos del pueblo, de Raúl Anguiano

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Al lado se encentra un mural de Gonzalo de la Paz que representa a una escuela socialista rodeada por poderosos brazos que sostienen una hoz y un martillo y que se yergue sobre escombros de símbolos fascistas, religiosos y bélicos.

Mural de Gonzalo de la Paz
Alegoría a la escuela socialista, mural de Gonzalo de la Paz

También hay un mural de Raúl Anguiano que representa los efectos negativos del fascismo y nazismo sobre la vida humana y la cultura, así como uno de Aurora Reyes que denuncia los atentados a las maestras rurales en México.

Mural de Aurora Reyes en el Centro Escolar Revolución
Atentado a maestras rurales (1936) es obra de Aurora Reyes, a quien se considera la primera mujer muralista mexicana.

¿Cómo es hoy la educación en la otrora escuela socialista?

Actualmente el Centro Escolar Revolución alberga a alrededor de 1500 estudiantes de distintos niveles educativos. “Convivimos 4 escuelas primarias divididas por horario. También hay una secundaria y un Centro de Atención Múltiple, que es una escuela de educación especial”, explica Gerardo Lumbreras.

Gerardo es director de la Escuela Primaria Revolución, el más grande de los planteles que se encuentran dentro del centro. Tan solo a su escuela acuden 820 alumnos y su planta dicente es de 50 maestros. Actualmente el centro es considerado una escuela de tiempo completo. Aloja a los estudiantes en un horario de 8:00 a 16:00 horas. Además, es una de las pocas escuelas públicas de la ciudad que cuentan con una alberca:

“Eso le da un toque más elevado al plantel, porque los niños pueden entrar al espacio de la alberca. Eso se complementa con todas las actividades que tenemos, como inglés, o educación física. También tenemos una maestra especializada en artes plásticas del INBA, y maestros que dan un taller de lectura. Tratamos de innovar mucho para que, además de la currícula normal, los estudiantes tengan actividades que les permitan desarrollar otro tipo de habilidades”.

Gerardo Lumbreras, director de la Escuela Primaria Revolución

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Además, Gerardo considera que el hecho de estudiar en un espacio como el Centro Escolar Revolución incrementa el interés de los jóvenes por el arte:

desde que iniciamos el ciclo escolar se hace un recorrido por todo el plantel educativo para que ellos puedan conocer la historia, Se les habla del significado que tienen estos murales. Los niños se interesan mucho porque en varias ediciones de los libros de texto salen publicados los vitrales y los murales de la escuela. Eso les llama mucho la atención y hace que se interesen un poquito más por el arte.

Gerardo Lumbreras, director de la Escuela Primaria Revolución

El Centro Escolar Revolución en la nueva normalidad

Como el resto de las escuelas de CDMX, en marzo de 2020 el Centro Escolar Revolución tuvo que cerrar sus puertas. Sin embargo, Gerardo cuenta que las actividades no se detuvieron. Durante 2 años las clases continuaron de manera virtual. Además, el personal docente se organizó para repartir materiales impresos entre los estudiantes que no podían conectarse a las clases en línea.

Apenas en marzo de 2022 la escuela reabrió sus puertas. Actualmente opera en un esquema especial en el que la mitad de los alumnos acuden al plantel una semana y el resto acuden la semana siguiente. Con ello se busca que pueda mantenerse la sana distancia y evitar nuevos brotes de COVID-19.

Así la historia del Centro Escolar Revolución, un proyecto educativo socialista erigido sobre los escombros de una cárcel y que actualmente enfrenta los retos de la pandemia y la virtualidad.