Visitamos una de las relojerías más antiguas del Centro

Reloj no marques las horas...

En un edificio de la calle de Palma, en pleno Centro Histórico, se encuentra la Meca de los relojeros. Ahí puedes encontrar todo: engranes, máquinas viejas, pilas o cristales. Y es en el primer piso, en el despacho 117, donde nos recibió Don Pastor, uno de los relojeros con más experiencia en la ciudad. Su taller es como regresar en el tiempo: las paredes están llenas de relojes de péndulo y hay mil cajas con piezas que desconocemos. El mostrador está lleno de máquinas, engranes y diminutas piezas. Hay lámparas, lupas, y cristales de aumento: es,—metafóricamente, por supuesto—, un viaje al pasado. 

Don Pastor comenzó a trabajar el 5 de mayo de 1951. Recuerda bien que a los 19 años iba llegando de Oaxaca y pidió trabajo en este mismo edificio: su primer encargo era llevar y traer cristales para relojes de las joyerías que había alrededor. “Esas sí eran joyerías, no como las de hoy” nos dijo “encontrabas cosas hermosas. Eran grandes negocios como la Joyería Borda, la Princesa o el Palais Royal. Yo era un muchacho que tenía que llevar y traer carátulas de relojes de un lado a otro para ponerles cristales”. 

– ¿Cuándo se dio cuenta que quería ser relojero?

– Siempre me gustó. Antes las oficinas de todas la relojerías importantes estaban en México. Estaba la H. Steel allá por Balderas, y conocía al dueño, Harry Steel Helú. Recuerdo que un día me dijo “A ver, muchacho, llévate estos relojes a tu taller y me los regresas”. Eran 300 carátulas de oro. Ahí venía yo cargando por todo el centro ese tesoro. Aprendí a ponerles cristales y se los regresaba. 

– ¿Es difícil poner cristales?

– Es un arte: hay que cortarlos, esmerilarlos y hacerles la curvatura con un soplete. La curvatura tiene que ser perfecta, según lo haya hecho el fabricante. Es un proceso muy minucioso. 

Don Pastor tuvo cinco hijas, que le ayudaban desde niñas en el negocio. Su taller no siempre fue propio, pues trabajaba para como empleado: “Pero un mal día mi patrón se enfermó del riñón. Me dijo ‘Te vendo mi taller, con todo lo que tiene’. Negociamos y se lo compré. Siempre se lo voy a agradecer”. También conoce a todos los relojeros del rumbo “me he encontrado relojeros por todos lados: desde Los Angeles hasta Yucatán. Todos somos amigos”. Don Pastor es la persona más respetada de ese lugar. Todos saben que no hay persona que sepa más de maquinaria o joyas de la relojería. 

– Don Pastor ¿tiene un reloj favorito?

– Me encantan los Omega. No sé porqué. Es mi reloj preferido y tengo muchos por aquí

– ¿Colecciona?

– ¡Ja ja ja! Ya no. Ya estoy viejo. Guardo algunos con mucho cariño pero a los 84 años ¿pa’ qué los quiero? Los voy vendiendo a los amigos. 

Según nos dijo, el negocio cambió cuando llegaron los relojes de cuarzo. “Y los chinos. Los chinos nos sacaron del negocio. Los relojes de cuerda pasaron a segundo plano cuando puedes comprar máquinas por 20 pesos. Pero entonces comenzaron los coleccionistas de relojes. Ese es un mercado diferente”. 

– ¿Ha arreglado relojes de gente famosa?

– Sí: a veces me llegan piezas de Senadores o Diputados. Alguna vez le arreglé sus relojes a López Mateos. Me acuerdo que me decían ‘cóbrame lo que quieras, pero déjalo bien’. Y yo nomás le subía un poco el precio, pa’ la propina”. 

Aún así, gracias al negocio de la relojería mandó a sus hijas a la universidad y hoy sigue trabajando. “Pero me canso mucho. Hoy tengo un maestro relojero, y también me ayudan mis hijas. Pero me gusta seguir activo, así que vengo al taller cada vez que puedo”. Agradecimos esta charla y nos despedimos entre tic tacs y ruidos de maquinaria.

Tenemos un gran regalo cortesía de Timex

Timex, con más de 160 años de experiencia en relojería nos mandó un regalo muy especial, ya sea para hombre o mujer, aprovechando que viene el día de las madres. Es un Timex Weekender, cómodo y versátil reloj para un estilo de vida muy cool. Diseñado con correas removibles (slip-thru). Si lo quieres contesta la siguiente trivia.

Manda las respuestas  a [email protected] con el asunto “Quiero el reloj Timex” y no olvides incluir tu nombre completo. Suerte. Ganador: Miguel A. Hernández.

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