Dicen que a cada iglesita le llega su fiestecita y a cada guajolote, su Navidad. Así, a todos nos llega la ocasión de celebrar la maternidad, sea porque ya somos mamás, porque tenemos una, porque valemos pa’ pura… o simplemente porque nos la pasamos bien y a toda madre le llega su momento.

Esta ocasión queremos hacer un homenaje para todas las cabecitas blancas u oxigenadas, sí, para las progenitoras que nomás de buena onda nos dieron el ser y, con sus regaños o lágrimas telenovelescas, acompañaron nuestros pasos en la infancia o en la edad de la punzada.

De tal suerte, porque solo hay una y porque tenemos ganas, he aquí un catálogo de 10 tipos de madrecitas y madrezotas:

1. La mamá gallina

Sobreprotectora como nadie, adora al Edipito de sus entrañas y lo ayuda a solucionar sus problemas o a evitarlos, sin saber que el problema es él, su pequeño y cuarentón pollito.

2. La Marge Simpson

Consentidora a más no poder, te prepara un buen desayuno continental, lava tu ropa, tiene la casa impecable y, de paso, es buena onda. Siempre está ahí cuando la necesitas. Nomás que aguas si tu papá es un Homero; en ese caso, ya valió.

3. La furias

Detrás de su apariencia tierna al puro estilo de chafanovela, se esconde una cascarrabias en potencia, pues se puede enojar y regañarte hasta porque pasa la mosca: si rompiste sus macetas, si llegaste ebrio a casa, si fracasaste en la vida… ¡chale!

4. La Catalina Creel

Una auténtica pasada de lanza y manipuladora. Autoritaria como nadie, realiza su santa voluntad: se hace lo que ella dice y punto. Su palabra se respeta o si no… Tus hermanos, tu papá y tú le tienen miedo.

5. La polifacética

La hace de todo: en casa no solo cocina, lava la ropa, sacude, barre y trapea, sino que también arregla la instalación eléctrica, destapa la cañería, resana y pinta. Por si fuera poco, trabaja (¡toda una ejecutiva!) y toma clases de pilates.

6. La Carmen Salinas

Es folclórica y ñeraza incomparable en los caminos de la vida. Te calabacea con frases del tipo: “primero aprende a lavarte los calzones y ya después haces lo que quieras”, pero siempre te muestra su amor: “mijito chulo, llévate de perdida un sándwich”.

7. La lideresa

No sólo cuida de sus vástagos, sino que además ve a todos los vecinos como si fueran hijos suyos. Preocupada por el bienestar común, le entra a la política (es jefa de manzana o algo así) y anda armando argüendes para mejorar la colonia.

8. La Victoria Ruffo

¡El drama hecho mujer! Por todo hace panchos: que si no llegas a la casa, que si te corren del trabajo, que si no alcanzó leche en Liconsa… todo es buen pretexto pa’ llorar.

9. La sensei

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Siempre está para escuchar tus problemas existenciales y darte el consejo más preciso. Es una auténtica guía espiritual, pues te alumbra con su sabiduría. Sin duda, platicar con ella es mejor que consultar el I Ching o leer libros de autoayuda.

10. La doctora Quinn

No sólo es bella, sino que en esos fatales días en los que te cae la enfermedad, te cuida y te salva la vida con sus menjurjes y remedios caseros: tu té de gordolobo pa’ la tos, tus compresas pa’ la fiebre, tus chilaquiles pa’ la cruda…

Así termina este catálogo-homenaje para esas jefas que nos caen bien, pues, con todo y sus errores, las queremos uno y dos montones; al fin y al cabo, las progenitoras son, como dijera el poeta, «una carta de amor con faltas de lenguaje».

En fin, compártele estas líneas a toda madre que conozcas, pero antes dinos ¿qué tipo de mamá tienes? Y a ti que eres mamacita, ¿qué tipo de jefa te gustaría ser?