Justo en la digestión después de su visita al Pujol en Polanco —al que llamó un “orgasmo culinario”—, platicamos con Joshua Josh Tillman, mejor conocido Father John Misty con motivo de su concierto en el Teatro Metropólitan.

Esta es la segunda vez que el cantautor se presenta en nuestro país, pero esta vez lo hará de forma más íntima y no en un festival como pasó en el Corona Capital 2015. Aún así, él no ve diferencia entre un escenario y otro.

«Siendo honesto me da igual si toco en masivos o lugares pequeños, porque mi música suena igual. No hago cambios pensando en un escenario u otro. Mis presentaciones son como el menú de McDonald’s, ¿sabes? No importa a cual vayas, siempre te servirán lo mismo y en todos lados sabrá igual».

La música de Misty, una mezcla de folk con fusiones de rock, pop y toques indie, ha llamado la atención del mundo no sólo por su calidad, sino porque muchos lo consideran un provocador.

«Hay dos tipos de personas cuando se trata de alguien como yo. O ves las cosas que hago y dices: “Me puedo ver haciendo eso”. O quienes lo ven y en cierta forma con frustración dicen: “Jamás haría algo así”. Porque no tienen capacidad de verse haciendo lo que está mal o es provocativo o manipulador».

El cantante gringo de 36 años, añadió: «La América liberal que dejó Bush, particularmente la América de gente blanca, cuando ve u oye algo como yo, su reacción es: “No me gusta esto, prefiero a Kendrick Lamar” o “¿Qué es esta basura blanca?” Luego hacen lo que cualquier blanco colonialista hace. Se acercan a otra cultura y se apropian de ella, la hacen suya. Por eso creo que los molesta lo que hago, porque me ven y es como verse. Creo que la gente que más me odia: es gente blanca. Eso no tiene sentido para mí, pero así es».

Tal como pasó con el mundo, Tillman también se sorprendió con el triunfo de Donald Trump —de quién se burló en su último álbum Pure Comedy—, en las pasadas elecciones girngas, pero él lo atribuye no sólo a la “estupidez” de los gringos, sino a otros factores —tomen nota para 2018, chilangos—.

«La gente estaba cansada de los políticos. América está en decadencia desde hace mucho tiempo y alguien llegó a hablarles de salvación y a decirles que al menos les daría trabajo. Y le creyeron. Pero rápido se han dado cuenta que cayeron en una trampa. Y si va a existir una revolución, esta vendrá de la clase media. Porque estamos cansados, no tenemos nada que perder: vamos a destruir todo”.