Katy Perry acaba de liberar en su web oficial el audio completo de su tercer disco de estudio ‘Prism’ (el cuarto, si se tiene en cuenta el que publicó en 2001 como Kate Hudson), y de su escucha se derivan tan buenas premisas como de su primer single, “Roar” (rugido, en inglés), octavo número 1 en su país.

Y es que su cuenta previa de victorias es sólida con solo dos álbumes, “One of the boys” (2008) y “Teenage dream” (2010), el cual le proporcionó hasta cinco números 1 en la lista de sencillos de EUA, hazaña que previamente solo había logrado el “Bad” de Michael Jackson.

Aunque Perry quemara las pelucas de colores y se desembarazaba de su imagen de “pin-up” en los vídeos de calentamiento previos al lanzamiento de este disco, no se separa mucho de las pautas básicas que la encumbraron.

El título de “Prism” proviene de la idea de proyectar en estas canciones todas sus facetas como artista, objetivo conseguido, pues en los trece cortes (dieciséis en la versión “deluxe”) se halla de vuelta a la cantante emotiva, a la optimista, a la urbana y al icono gay.

Probablemente no llegue tan lejos como “Teenage dream”, pero “Prism” es un disco de pop sólido en el que se perciben las ganas de dar batalla y que dejará a la artista con energías de sobra para un cuarto asalto.