Se dicen fácil 25 años, pero es difícil ponerlos en práctica. Antidoping no sólo los ha cumplido sino que siguen adelante enteros, con público que los vio crecer a través de los años y diferentes escenarios de varios tamaños, así como nuevas generaciones que han tomado la estafeta.

La banda ha visto crecer su escena de manera exponencial en el movimiento que se conoció como “razteca” y dio grandes giros en los circuitos rockeros y alternativos del país. Desde entonces, el auge que vivió el reggae en nuestro país se ha desvanecido a través de los años, pero continúa siendo músicas que mantiene a muchos devotos por su mezcla entre pacifismo, lucha social y buenas vibras.

Anoche (15 de julio) en el Pabellón Cuervo, Antidoping demostró que no sólo ellos siguen sino que el sentir no cambia y la música se mantiene.

Antes de ver a los festejados en acción, tuvimos un deleite para todos aquellos que aman el one drop y los ritmos rocksteady, ya que desde las cinco de la tarde desfilaron grandes bandas del género en el escenario.

Vimos de todo, comenzando por Wolará, pasando por Ganja, hasta Alika. Cada uno prendiendo el ambiente conforme iba pasando la noche. El público estaba completamente ambientado y entregado ante todo lo que sucedía; después de todo, esto era un festejo y la mayoría lo aprovechó al máximo.

Llegaron los anfitriones de honor al escenario y todo se descontroló. Las canciones iban y venían y la gente bailaba, brincaba y coreaba como si las estuvieran regalando, y sí; de ritmos lentos y pesados como la brisa después de un día lluvioso en la costa, a alegres percusiones de un-dos que invitan a bailar hasta fusiones con baterías cuadradas de rock y solos de guitarra basados en el blues.

Por supuesto, esto para los verdaderos amantes del género, si no se venía preparado –mental o farmacéuticamente, esto resultaba un reto que pocos pudieron sentir. Al final, Antidoping no le debe nada a nadie y la prueba está en su carrera; sus devotos no les exigen más.

El concierto llevó el título de “25 Años de resistencia” y se puede ver más allá de sus posturas políticas que invocan este tipo de eslogans. Se traduce en resistencia a los años y los cambios que traen consigo, a permanecer como un ancla ante todo lo que sucede en nuestra sociedad y el mundo. Después de todo, la buena onda no pasa de moda.