“¡Bafanaaaaaa, Bafanaaaaaa, me prestas a tu hermanaaaaaa!”, “Bafana va a probaaaaaar… ¡el chile nacional!”… de que somos ingeniosos los mexicanos y sabemos sacar lo gracioso (sin albur) en cualquier situación no cabe duda. Ayer esto se comprobó una vez más y los sudafricanos lo pudieron sentir (el ingenio, por supuesto) aunque esto significara quedarse sin voz durante las horas siguientes al partido de inauguración. La afición mexicana no paró de gritar ni un solo momento durante los 90 minutos que duró el encuentro, aunque las molestas vuvuzelas también hicieron lo propio. Ah, estos sudafricanos sí que saben soplar.

Es de Chilangos presumirle al vecino lo que no tiene

Ustedes lo vivieron por tele y yo lo vi en vivo, y es de Chilangos presumirle al vecino lo que no tiene por lo que aunque no quieran les voy a contar cómo se vivió en Sudáfrica el partido. Sin duda el partido tuvo más importancia para los mexicanos que el censo de población o el informe presidencial. Y no era para menos,11 queridos futbolistas elegantemente vestidos de negro saltaron a la cancha para tratar de cumplir el sueño y las fantasías de muchos mexicanos.

La llegada al Soccer City

El traslado del aeropuerto al estadio me recordó a Calzada de Vallejo. Sí, al feo e industrial pueblo de Vallejo, al norte de la ciudad pues Johannesburgo es una ciudad poco lucidora y muy gris. Les juro, el tráfico, la contaminación, las calles cerradas, los cafres al volante y los baches me trajeron un momento más nostálgico y de lágrimas que el mismito himno nacional antes del partido.

Los cafres al volante y los baches me trajeron un momento más nostálgico y de lágrimas que el mismito himno nacional

 

Me sorprendió que tuvieron cuatro años para planear este día y el tráfico fuera un caos. Para llegar al estadio había colas de kilómetros de coches. Para nuestra mala suerte, el camión repleto de mexicanos tenía un chofer muy pasivo que daba más flojera que un infomercial de los step gym.

Fue tal su pasividad que todos lo presionamos para que abriera la puerta y nos dejara bajar. Era obvio que llegaríamos más rápido a pie. Así fue y nos echamos a correr entre los coches. Éramos un grupo de más de 100 mexicanos corriendo a todo pulmón por más de dos kilómetros. Lo valía. El juego empezaría en menos de una hora.

 

Más de 100 mexicanos corriendo a todo pulmón por más de dos kilómetros

 

Como cuento de Baz Baz
La entrada al estadio es una historia que nadie creería a menos que la viviera en carne propia. Una vez que crucé el torniquete final, esperando que mi boleto no fuera pirata (estoy acostumbrado a esa paranoia mexicana), respire hondo. Mis ojos nuevamente se llenaron de lágrimas ante lo que estaba frente de mi. No, no era la cancha… todavía. Ante mí apareció el sueño de todo fan: ¡el puesto de las chelas! Luego luego saqué mi único talento para las matemáticas y dividí mi presupuesto entre 30 rands, que era el costo de la chela. “Mmm…. 4 x 100 entre 30 por 90 minutos, entre dos tiempos, con factor solar del 40 y mucha sed… genial! Me alcanza para 15 chelas”, pensé con gusto.

Junto a mí ya había miles de mexicanos, chapulines colorados, Salinas de Gortaris, Vicente Foxes, mariachis y gente pintada

Ahora sí, con chela en mano, crucé el umbral del túnel para ver por primera vez la cancha mundialista. Otra lágrima se me salió. Me fui a mi asiento y junto a mí ya había miles de mexicanos, chapulines colorados, Salinas de Gortaris, Vicente Foxes, mariachis y gente pintada hasta la piel de los colores patrios. Hermoso, simplemente hermoso.

El partido estuvo emocionante, al menos en vivo. Aunque varios quedaron a deber como Efraín Juárez, Guille Franco, el Cuau, el Conejo, Carlos Vela y otros más. Se rifaron Gio, Márquez y Torrado. En la tribuna no dejó de sonar el “cielito lindo” y las porras que sacaban lo mejor del mexicano (sin albur). Al final, el gol de Rafa Márquez provocó que nos bañáramos de cerveza, así que en realidad consumí 11 nada más.

En la salida se veía a pura gente conocida: la familia de Javier Aguirre, el papá del Chicharito, Armando Archundia, Peláez, el Perro y uno que otro artista.

La fiesta en el piratangel

Tomé muchas fotos del festejo en la réplica del ángel de la independencia, pero lamentablemente todas estaban fuera de foco. Entiendan, para estas alturas llevaba más cervezas en la sangre que León, el cantante de Zoé. Lo bueno es que aquí no hay alcoholímetro. Les debo la crónica de la fiesta post partido porque la verdad tampoco me acuerdo. Es más, escribí esto en vivo, espero que se entienda y si no, para eso están los comentarios. A ver si se atreven a dejar alguno.

Compartir con mis hermanos chilangos la belleza de las aficionadas

Hoy les prometo ir al partido de Argentina vs Nigeria con el único propósito de compartir con mis hermanos chilangos la belleza de las aficionadas de este bello país sudamericano. ¿Quieren ver galerías? No se desesperen, las tendrán en un rato, a las 9 am tiempo de México.
Ahí se ven. Hic.

 

 

Y como extra les dejamos tres videos, pa’ que se sientan allá:

Otro:

Último:

 Y una galería…