No, no hablamos de Fernando, el secretario de Gobernación
-aunque también que oso ser él- sino de su hermano Miguel. Nosotros tampoco lo
conocíamos hasta que decidió gritar "esos argentinos que chinguen a su madre" y
armar un relajo mientras veía el partido de la Selección. Lo sabemos, nada que
nosotros no hayamos hecho el domingo pasado después del partido.

El hermano muy pero muy incómodo.

La bronca es que él lo hizo en el palco del estadio donde
estaban jugando México y Argentina y el desmadre que hizo lo armó contra los
familiares de los jugadores. Por si fuera poco, Gómez Mont era el director del
Fondo Nacional de Fomento al Turismo -renunció después de que salieran los
videos donde se le observa gritando cosas bonitas a la gente-, así que la cosa
se pone peor.

Y si pensabas que no podía haber nada peor, estas son las
declaraciones que dio cuando renunció a su puesto: "le pido a la opinión
pública no juzgar una vida de trabajo y entrega al país por un minuto de
exaltación futbolera".

Y más pero más peorcísimo, la declaración de su hermano y
secretario de Gobernación sobre el tema: "Miguel ya asumió que lamenta ese
incidente, ha asumido con honor sus consecuencias, ha dado las explicaciones
del caso, yo sólo puede decirle que ahora más que nunca, cuenta con mi afecto
personal, lealtad y comprensión". Puf…




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