Mucho se ha dicho en torno a la fragmentación social en ciudad Juárez: los desaparecidos, los problemas fronterizos, “las muertas”, el crimen organizado y su estructura de maquiladoras. Sin embargo, pocos han buscado soluciones a los problemas de manera arquitectónica. “People Meet in Juárez” es un proyecto que nace a partir de la convocatoria del concurso de arquitectura Arquine para buscar dar solución a la fragmentación social y estructural que se da en la zona.

El proyecto fue desarrollado por los arquitectos Alberto Bustamante, Fernanda Téllez, Adirane Montemayor y Tania Osorio Harp como una solución que apostara por el apropiamiento del espacio por el usuario. En lugar de plantear un proyecto irrealizable, un render que pudiera ganar premios y ser de interés arquitectónico, este grupo decidió cuestionar la práctica arquitectónica desde sus fundamentos: ¿Por qué no en lugar de mandar un render, se aprovecha el dinero de la convocatoria para construir un evento de un día que integre a la comunidad en Juárez? El grupo planteo un evento de un día con conciertos, ciclos de cine, talleres y un sinnúmero de actividades que funcionaran como excusa para la cohesión social de un día en la vida de sus habitantes.

La propuesta recientemente ganó el tercer lugar en la convocatoria para el desarrollo de un mediapark de Arquine (premios a los que se refiere el texto siguiente).

En palabras de los arquitectos,”No conocemos Juárez. La hemos consumido, soñado y especulado, pero no sabemos cuál sería el programa para lograr la activación del vacío público, ¿sería esto motivo de una transformación social positiva? Hemos decidido abandonar las ambiciones arquitectónicas que propone la convocatoria, y dejar de suponer que las bases de ésta no pueden ser cuestionadas. Queremos probar la respuesta a la oferta que supone el ‘media park’, la efectividad del sitio, la reacción de los juarenses. Queremos participar en el proyecto, diseñar la situación. Sin motivos para su activación, cualquier infraestructura funcionaría de la misma manera que lo hace el vacío que hoy no se ocupa’.

‘Traducimos la obviedad del programa arquitectónico en una programación: situaciones concretas, actividades de encuentro y esparcimiento generadas por la gente con la mínima manifestación espacial. Nuestra propuesta es una excusa para que la gente se encuentre, descubra, localice, tropiece, choque, acierte, converja, invente, disfrute, ocupe el espacio y lo habite en comunidad.

‘Proponemos una provocación, un momento construido para ser mediatizado. La recaudación monetaria que supone el concurso* (premios del 1er, 2do y 3er lugar, y un estimado de 150 inscripciones) se convierte en nuestro presupuesto para la renta y producción de la infraestructura necesaria. Los organizadores y el staff se resuelven con una convocatoria de voluntarios.

Este laboratorio de interacciones es un creador de espacio temporal, de pertenencia y territorialización compartida. Es posible y realizable. Hagámoslo una vez. El momento puede ser permanente”.