¿Cómo pudo pasar esto?
Un poco igual que la influenza: un wey enfermo estornudó, y uno sano se contagió. La deferencia es que el enfermo se llama Estados Unidos, y el sano se llama Tu Bolsillo. Las consecuencias: despidos masivos, inseguridad económica, crecimiento de la delincuencia… en fin, lo de siempre.

No la esperábamos porque…

Podemos decir que, en realidad, ésta sí la esperábamos. Después de todo, estamos acostumbrados (corrección: nuestro verdadero poder fisonómico es la resistencia a la crisis). PERO muchos le habían creído a Calderón ese rollo del “presidente del empleo”. También que el gordito secre de economía podía aguantarlas todas. Parece que no.

¿Qué tan feo se puede poner?
Si siguen cerrando empresas, recortando plazas, encareciendo alimentos y si esta epidemia no se para pronto, tú dirás: ¿caothic riot, anyone?

Catastrofómetro:
5 de 10