Por Felipe Soto

La eterna guerra de los sexos, desde el (limitado, parcial, enfermizo) punto de vista de nuestro editor, que ha vivido la guerra en carne propia, y casi no sobrevivió para contarlo.

Si bien los hombres y las mujeres son distintos y apenas compatibles en todas las culturas a lo ancho del mundo, en esta ciudad esa diferencia cobra tintes insospechados, por lo que la batalla entre géneros se vuelve especialmente virulenta. Veamos este sesudo y bien documentado estudio antropológico comparado: