El ministro mocho
Por: Colaborador
Había una vez un señor llamado Sergio Aguirre que era
ministro de la Suprema Corte de Justicia. Era uno de los encargados de decidir
si las leyes eran constitucionales o no. El señor ministro era panista (no
tenemos nada contra ellos, aclaramos) y no le gustaban ni los homosexuales, ni
la gente con VIH ni las mujeres que querían abortar. Tampoco le gustaba Andrés
Manuel López Obrador.
El señor ministro lo mismo proponía anular la
despenalización del aborto en el DF que revisar los amparos de militares
que fueron dados de baja del Ejército por padecer Sida, decía que los soldados
con esta enfermedad eran "un severo problema bacteriológico".
También desechaba juicios como el que promovió la Asamblea
Legislativa del DF para detener el desafuero de Andrés Manuel López Obrador.
Sí, es él. Recuerda su cara…
Un día (estas semanas, de hecho) la Suprema Corte discutió
la validez de los matrimonios homosexuales en el DF. Él se opuso. Y después
discutió la validez de la adopción de niños por parte de estas parejas. El
señor ministro dijo estas joyas sobre ese tema:
-
"Los hijos de homosexuales son
blanco de burlas, acoso escolar y asilamiento que afecta su autoestima".
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"Si la sociedad rechaza y
discrimina a homosexuales, no podemos añadirle esto a un menor que sufrió
abandono"
-
"¿Dicen que es mejor que el que
los niños estén con padres de esas ‘costumbres’ es mejor que nada? Quién
sabe…".
-
"El interés superior del niño por sobre
los matrimonios gay no es discriminación"
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"Los niños claman por una familia,
pero una que se conforme por una madre y un padre"
-
"No podemos hacer experimentos
sociológicos con los niños"
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"A los homosexuales la sociedad
los recibe con los brazos abiertos"
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"Las uniones homosexuales duran
siempre muy poco y son muy infieles como para que adopten"
- "El interés superior el niño no
está en paz y a salvo por adopciones que hagan personas de similar sexo"
- "Las parejas gay no ofrecen un
ambiente que asegure el desarrollo óptimo del menor"
Y el señor ministro vivió feliz
para siempre gracias al sueldazo que le damos todos con nuestros impuestos.