La escena es una escena clásica: autoridades del GDF han expropiado algo y están medio tratando de regañar/negociar/sacar a patadas a una señora de chongos que no los deja trabajar por ahí de las tres de la mañana. El nombre del predio y la razón de la reubicación es lo que cambia siempre.

Aunque no siempre hay violencia. Ahora se trató de la colonia La Malinche, en la delegación Magdalena Contreras, donde se planean hacer las obras de la llamada Supervía Poniente; se expropiaron 50 predios que el GDF había pagado previamente y decidido por decreto. Mucha gente criticó la acción como injustificada, infundada, autoritaria, comeniños, asquerosa….

Grupos opositores, como el Frente Amplio contra la Supervía (casi, casi Progresista), mantienen sus campamentos en la zona, para tratar de evitar el avance en la construcción de la vialidad. Quejosos siempre, no pudieron evitar que se expropiaran los terrenos y que semejante monstruosidad empiece ya a formarse para abultar más tráfico en la lastimada Luis Cabrera. Ni a quién creerle.