Quizás en México no confiamos en las escuelas públicas, pero ciertos países de Europa sí lo hacen, tanto que hasta se aseguran de que sus ciudadanos, aun viviendo en otros países, sigan los métodos de aprendizaje que los delinean como nación. El Liceo Franco-Mexicano es una escuela apegada a los programas del Ministerio de la Educación Nacional francesa. En el Liceo existe un porcentaje de alumnos que estudia en la sección mexicana (el francés se sigue como 2º lengua), incorporada a la SEP, mientras que los alumnos de la sección francesa estudian en idioma francés como si estuvieran en aquel país. Las inscripciones para el grado de maternal/kinder están abiertas para alumnos de cualquier nacionalidad. La sección francesa goza de acuerdos de revalidación ante la SEP. El énfasis definitivo en esta escuela es el pensamiento matemático y la formación del pensamiento crítico y científico, aunque el desarrollo físico y cultural también es importante: las actividades extraescolares son casi una escuela dentro de otra, hay desde clases de esgrima hasta escalada (fueron los primeros en contar con un muro de escalada profesional). El edificio principal es obra del arquitecto ruso Vladimir Kaspé, maestro del funcionalismo mexicano.