Muchos árboles, frío y la sensación de estar en un rancho en el bosque: ésa es la primera impresión. Los salones son de madera y parecen cabañas repartidas en tres secciones: la primaria, la secundaria y el CCH. Es una escuela “verde” donde los baños funcionan con agua de lluvia, se acopian residuos de reciclaje y se separa la basura en unos botes de lo más coloridos que están por todo el colegio. La educación está centrada en la persona y se caracteriza por una participación constante de los padres. Llevan un programa de lectura muy divertido: de pronto suena un pandero y todos dejan de hacer lo que estaban haciendo y se ponen a leer; también tienen maratones de lectura en los que un niño puede pasarse la jornada completa en la biblioteca. Una particularidad es su programa de apoyo escolar, que atiende a niños con necesidades especiales. No sólo integran a pequeños con problemas de aprendizaje,  también dan seguimiento a niños con altas capacidades reforzando sus talentos. Un ambiente de aproximadamente 830 alumnos (350 en primaria) donde los niños se ven independientes, bien integrados  entre ellos y felices. Tienen cancha de fut, equipo de rugby y gimnasio.