Acá todo es como una gran familia, una buena parte del personal son ex alumnas que han regresado a su alma máter. Actualmente están cocinando un proyecto para atender a niñas con capacidades diferentes que esperan tener listo para el ciclo escolar 2010-2011. Al entrar lo primero que ves es un jardín perfectamente bien cuidado, los salones son amplios y tiene un patio enorme en la sección de preescolar y primaria. Es una escuela tradicional por su formación humanista y religiosa, pero abierta a implementar nuevas herramientas que propicien el aprendizaje. Su programa humanista abarca la expresión corporal, la educación física y la sensibilidad artística por medio de las artes visuales y la música, la ciencias y la investigación. Como toda escuela religiosa tiene actividades como un retiro que dura unas cuatro horas, las niñas visitan el Monasterio Benedictino. La historia dice que el colegio nació gracias a un grupo de familias de Lindavista que invitó a una comunidad benedictina de Estados Unidos para integrar una escuela donde se impartieran los valores de esta orden religiosa. Son 62 años desde entonces, cuando hablamos de un colegio de tradición, este es un buen referente, por lo menos en esta zona de la ciudad.