La lectura es un hábito milenario que el hombre ha necesitado por varios motivos. Ha sido origen de infinitas alegrías, conflictos políticos, historias de amor, ceremonias y ritos, refugio para poetas e incluso ha provocado giros en la historia. Se comenzó leyendo en tabletas de arcilla, pergaminos y papiros, hasta llegar al papel y la reproducción masiva, gracias a Gutenberg. De la lectura en voz alta, como lo demandaba la tradición oral, se fue requiriendo un ejercicio más íntimo y personal, en silencio.

Para entender todas las transformaciones de la lectura y el libro mismo al paso de los siglos, pocos libros son tan importantes como Una historia de la lectura, de Alberto Manguel (1948). El escritor de origen argentino, desde la experiencia personal y sus años de juventud cuando sirvió de lector a Borges, va esbozando el devenir de una necesidad intelectual y emocional de primer orden. Brincando lúdicamente de Oriente a Occidente, recuerda los momentos más memorables de lectores célebres, los acontecimientos históricos que marcaron el mundo del libro, apuntando citas, anécdotas y cuadros de época, que reconstruyen una idea de la capital importancia del libro en la historia de las culturas.

Por si fuera poca la generosidad, el estilo de Manguel es elegante, ameno y seductor. El resultado es una suerte de biografía de aquella biblioteca de Babel con la que soñaba Borges, llena de joyas literarias que nunca se terminan de leer.

Una historia de la lectura

Alberto Manguel

Editorial Almadía/Conaculta

578 Páginas

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