La función social y crítica de la caricatura es y ha sido fundamental en la construcción de sociedades, sino democráticas, al menos plurales. Es una válvula de escape necesaria que encuentra absurdos injustificables en las realidades públicas y los reduce a un chiste, a un mero gesto, para así hacer provocar las consciencias.

La caricatura, un punch line estático y gráfico, es un golpe al poder desde el lenguaje común, desde abajo, una conceptualización accesible para todos los que buscan un resultado político.

Muchos, supongo, podrían citar a la obra de Yoshua Okón como un acertado golpe satírico a varios de los problemas que aparentemente aquejan a la sociedad contemporánea: desde la irrisoria ignorancia y el machismo de nuestro cuerpo policial a un absurdo sistema económico basado en los intereses incompatibles de multinacionales e instituciones gubernamentales. Del delegado corrupto a nuestros hermanos chicanos azorados por la violencia.

Yoshua Okón MUAC Laughter

Foto: Especial

Sean esos problemas ciertos o no, el trabajo de Okón siempre se ha asumido como un ejercicio de provocación efectivo y sumamente crítico. Es decir, como un objeto de verdadera subversión artística, que se apropia de distintos símbolos de poder (logos de empresas multinacionales, burócratas, policías, dinámicas comerciales, museos, etcétera), para hacer de ellos una compostura de humor negro, burla y crítica punzante. O al menos eso intenta.

En este sentido, la obra de Okón es una buena caricatura: Fija una postura política clara de su parte y tiene detrás de su intención el reto de incomodar a ciertos «poderes fácticos» (y entrecomillo para no asumir posturas).

Sin embargo, hacer lo que muchos críticos y comentaristas del medio cultural han hecho y elevar este gesto jocoso al nivel de un «objeto artístico» no es más que caricaturizar lo ya caricaturizado; es asumir que una caricatura, con su simpleza y su utilización de códigos y señales, se comporta de la misma forma que una pieza, esa sí, irreprochablemente artística.

¿Cuándo y dónde?

MUAC

Miércoles, viernes y domingo de 10:00 a 18:00. Jueves y sábado, 10:00 a 20:00.

La entrada cuesta $40 y la exposición estará hasta el 11 de febrero.

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