La próxima vez que alguien te juzgue por monolingüe, puedes decirle que sabes francés sin que te acusen de chorero. Es bien sabido que todos los idiomas, ya sea por cercanía geográfica entre países, por tener raíces comunes o por la penetración cultural, tienen palabras en común o las toman “prestadas” de otras lenguas.

Aquí te dejamos 13 palabras que usas todos los días, para que saques tu lado franchute y puedas decir “bonjour” con todas las de la ley:

Jamón

Ese ingrediente estrella de la torta más codiciada por el Chavo tiene su origen en el francés ‘jambon’. Este término, a su vez, se deriva de ‘jambe’, que literalmente significa pierna. Ya si le rascamos todavía más, ‘jambe’ viene de gamba, una palabra del latín tardío.

Paca

Si has ido a la rebusca de ropa de segunda mano, seguro estás familiarizado con esta palabra. Pues por muy mexicano que suene, paca viene del francés “pacque”, que literalmente significa fardo o bulto amarrado. Esta también palabra comparte raíz etimológica con paquete, que resultaría una “paca pequeña”.

Garrote

Esta palabra, que hasta cumbia tiene, también tiene origen galo. Viene del francés “garrot”, que literalmente significa “gran palo” (provecho). Este término a su vez viene del provenzal garrig, cuyo significado es “roble”.

Croquis

Viene del francés “croquis” (la s no se pronuncia en su idioma original), y significa “comer comida crujiente”, generalmente de forma rápida. Es una palabra onomatopéyica, es decir, se parece al sonido que produce al realizarse una acción. A los bocetos se les llamó “croquis” porque se hacen rápido, como el acto de comer antojitos callejeros crujientes.

Metralleta

Es una palabra relativamente reciente, y se ubica en los años 30 del siglo pasado. En Francia se conocía como “mitraille” a todo tipo de chatarra metálica o monedas pequeñas. Cuando las armas largas fueron creadas, se les conocía como “pistolet mitralleaur’ y el término fue acortado hasta quedar como mitraillette, para luego pasar al español como “metralleta”.

Bombón

Esta palabra que usamos en español para referirnos a una golosina cubierta de chocolate (muchas veces malvaviscos) tiene origen francés, y no es sino la repetición del adjetivo francés “bon”. La repetición es un juego de palabras infantil que dio origen al término que acabaría nombrado a las golosinas enchocolatadas.

Chantaje

Un chantaje es una presión o amenaza (y más recientemente, una rola reggaetonera de Shakira, pero ésa es otra historia…). Chantajear viene del francés “faire chanter”, es decir “hacer cantar”. En Francia era una técnica muy común torturar o presionar por distintos métodos para que el reo confesara las faltas cometidas. Se le “hacía cantar” o se le “chantajeaba”, pues.

Taller

Por allá del siglo XIV, “astelier” se usaba para designar a un montón de astillas de madera, y también para referirse la labor al aire libre de los carpinteros. Con el tiempo, la palabra perdió la “s” y quedó en “atelier”, para pasar finalmente al español como “taller”.

Chambrita

Bebé mexicano que se respeta, usó una chambrita. Esta nombre tuvo su origen en los camisones o batas que las mujeres usan de manera privada en sus habitaciones. A estas prendas les llaman “robe de chambre” o “ropa de cuarto”. La expresión pasó al español sólo como “chambra” y finalmente al diminutivo “chambrita”.

Volován

Así como castellanizamos palabras del inglés por como nos suenan, a la palabra volován le pasó lo mismo, sólo que del francés: el vol-au-vent. Significa literalmente “vuela al viento” y fue nombrado así por la ligereza de la pasta hojaldre con la que se crea este delicioso pan. Seguramente a alguien le pareció más fácil pronunciarlo como “volován” y así se incorporó a nuestro idioma. Lo cual nos recuerda…