Cuando hablamos de chilaquiles, siempre hacemos referencia al puestito callejero que lo vende con bastante picor, crema, queso y un pelín de pollo. Sin desmerecer a estos puestitos, creemos que hay lugares donde honran mejor el platillo preferido por todos después de una cruda arrolladora.

Todos amamos a los chilaquiles, son llenadores, pican lo justo, lo puedes acompañar con cualquier proteína y mientras mas crema tenga, pues mucho mejor. Así que en su honor hace ya unos cuantos años, abrió “El Chilaquilito”; el templo de los chilaquiles. Aquí te daremos mas señas de cómo este lugar se ganó nuestros corazones de pollo.

En el Chilaquilito la especialidad son los chilaquiles. Están los clásicos rojos y verdes, como también los de mole y los campechanos, pero el secreto de lugar, es decir, lo que lo hace tan especial, es que tienen una escala de picor que va desde el 0 al 10.

0——- nada picante

5——-picante intermedio

10——super picante.

A menos que seas el tío de Superman, no te recomendamos la 10, es tan picosa, que la gerencia del restaurante no se hace responsable en caso de que te enchiles excesivamente, aguas con eso. Mejor pide el número 3 o el número 5, son niveles seguros que puede aguantar cualquiera. No digas que no te lo advertimos.

Otra cosa que hace a este lugar tan genial, es que puedes acompañar tus chilaquilitos con pollo, cecina, bistec, huevo y chorizo. Aunque si nada te complace, también pueden ser solitos con queso y crema. Pero ¡vamos! no irás a un lugar llamado “El chilaquilito” para comerte un ensalada.

Pero como nunca falta un comensal difícil de complacer, aquí te ofrecen sándwiches, quesadillas y ensaladas para que nadie salga descontento. Dos cosas: si te pierdes, el lugar está pintado de verde aguacate así lo consigues luego, luego; este lugar no acepta tarjeta, así que lleva efectivo. No tiene que ser mucho, con 100 pesos la armas.