Nadie rechaza una buena torta. Ya sean de puestito de la calle o de localito establecido, el pan relleno de jamón, pierna, milanesa, quesito, lechuga, jitomatito y un largo etcétera… siempre-siempre-siempre se antoja. Aún más cuando te detienes a ver los nombrazos que les ponen; invariablemente empezamos a babear.

La torta Ninel Conde: De doble pechuga. No necesita más explicación o La torta Juan Gabriel: Una linda forma para pedir que tu torta no lleve chile.

¿Y qué tal el argot tortero?, con toda su gracia y sus frases más célebres. Con cosas como el famoso "retortijón", ese que sentimos "en nuestros adentros" cuando la torta cae pesadita y los intestinos se retuercen con fuerza. (Mal augurio).

Antes de irnos con la guía de guías con los 10 lugares en donde podrán encontrar las mejores tortas del DF, les dejamos otros ejemplos de la bondad lingüísitca que nos trae la torta gigante de cada día.

Extortista: Torta que nos hace daño y nos provoca vómito verdoso y contorsión.
Torta ya nunca más: Hace alusión a esa peli ochentera que protagonizó Luismi, es decir, va sin pierna.
Torta bajo el brazo: Esta es un híbrido, pues se trata de una torta de sope.
El chesco light: si uno ha de pecar con sobredósis de migajón, que la bebida no sea motivo de culpa.
Julio Tortazar: Aquella torta que al comerla nos hace sentir intelectuales.