Según datos del gobierno capitalino, en la Ciudad de México hay cerca de 2 millones 118 mil vehículos, entre microbuses, taxis, autobuses, motocicletas, camiones repartidores de cerveza y tu carcacha.

Más de la mitad de estos vehículos son autos particulares que tienen que sortear baches, lluvias, desesperarse en el tráfico y darle la vuelta a los limpiaparabrisas. Peor aún: la mitad de los autos van de un lado a otro llevando solamente al conductor, que se jala los cabellos cuando hace hora y media en un trayecto de 20 kilómetros.

En la Ciudad de México nos hacen falta mejores políticas de movilidad y tener un buen transporte público. Que el metro no falle, darle preferencia al transporte alternativo y poner en regla a los transportistas que hacen lo que quieren. Pero también nos hace falta una buena educación vial porque los conductores nos estamos volviendo loquitos. En Chilango hicimos una clasificación de los automovilistas clásicos del DF ¿cuál de ellos eres tú?

El gandalla

Ser gandalla al volante parece ser un estilo de vida que se manifiesta en las siguientes conductas: cuando todos hacen fila para incorporarse al Periférico, siempre hay uno que se quiere meter a fuerza. O el que va en tercer carril y se le atraviesa a todos para dar vuelta en la siguiente calle; el gandalla que se pasa el alto, que se estaciona en plena avenida para bajar a su compadre y que cuando le agarra el alto se para en el paso de cebra, estorbando a los peatones. Si alguno de sus amigos es gandalla, dénle un zape.

El desesperado

Realmente nos preguntamos cuánto tiempo se podrá adelantar si vas rebasando a todos los autos en Eje Central o si le metes pata cuando se pone la luz verde, para pararte en el siguiente semáforo. Este individuo siempre tiene el pie en el acelerador y la mano en el cláxon, y si por desgracia te toca detrás de tu auto te pitará cuando te tardes un microsegundo para avanzar. Peor cuando te toca en el estacionamiento del centro comercial, se pega a tres centímetros de tu auto y se desespera cuando no puedes meter el ticket en la ranura ¡ya pues!

El Whatsappero

Subespecie de conductor de reciente aparición. Su antecedente son las personas que todavía hablan por el celular cuando van manejando, con la mano pegada a la oreja (esteee… ¿no saben que existe el manos libres?) pero son peores porque creen que pueden manejar y mandar mensajes a la vez. Los más decentes lo hacen cuando les agarra el alto (y no se dan cuenta que ya tienen que avanzar) pero no falta quien pone ojos de pescado para ver el camino y la pantalla del cel. Pensamos que también hace check-in cuando van pasando por el Viaducto, que actualizan su Facebook o que tuitean sobre el tráfico.

La Multitask

Realmente comprendemos y aplaudimos el esfuerzo que hacen las capitalinas para salir a las 7 de la mañana a dejar a los niños en la escuela, llegar al trabajo, ir por el mandado, regresar por los niños, llevarlos a casa, lidiar con ellos y tratar de controlarlos mientras lloran. Pero que no depilen la ceja en el espejo retrovisor o se vayan haciendo los rulos mientras toman el volante con los codos porque entonces sí pueden chocar. Ánimo chilangas, nadie se va a fijar si les queda mal el delineador.

Para acabar: tres clásicos capitalinos

El orgánico

Ignoramos porqué el pasatiempo preferido de muchos automovilistas es escarbarse la nariz, arrancarse los vellitos y hurgarse la oreja. Pero los puedes ver en cualquier semáforo, hasta hacen bolita sus moquitos y los avientan por la ventanilla ¡asco!

Música de pegue

¿Sientes que acabas de llegar a una fiesta? No te espantes, es el automovilista de junto que está estrenando su equipo de sonido y pone cualquier canción de DJ Tieso a todo volumen. De hecho mueve la cabeza de arriba a abajo y volteará para verte esperando que tú también sientas el ritmo.

El abuelito

¿Circulando a 40 kilómetros por hora en el segundo piso por el tercer carril? Es un abuelito, seguro. No seas canalla, nomás rebásalo y ya, no lo pongas nervioso.

Esperemos que seas un conductor civilizado, pero estamos seguros que ayer lidiaste con alguno de estos automovilistas ¿te ha tocado otro? ¡cuéntanos!

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