• El conocedor: estabas en pleno momento de éxtasis, no se te ocurría cómo la banda podría sonar mejor o tú estar más feliz. En eso el susurro perfectamente comprensible narrado en versión de cátedra: “Si pones atención, wey, te vas a dar cuenta que es un sampleo de kraftwerk, de una rola del lado B del Ralf und Florian, pero es tan cortito el sampleo que obvio que al menos que seas melómano como yo, nadie se da cuenta…Ya lo sé wey pero este sampleo sólo lo utilizaron en su gira por Bristol, antes no lo secuenciaban así. Y se sienten de un culto… ¿por qué? ¿Por qué?
  • La washawasha psicodélica: se debe recalcar que ella no era una chica común, es una mujer de 45 años que parece de 70. No se sabe ninguna canción pero washawashea todas a máximo volumen. “Laaaaas naaiii…..ieeee….oh baby I feel ariiiiai saaa iiiii”. Para complementar sus cánticos, la washawasha (sin importar la canción que la banda esté tocando) mueve los brazos y las caderas con los ojos cerrados bailando de forma piscodélica. Al terminar el concierto camina a un grupo de chavos para decir: “¿Están listos para el segundo despegón? porque ese sí me mandó a otro planeta.” Obvio, los del grupo la veían con una combinación entre morbo y asco.
  • El “banda”: estamos de acuerdo que compartir es bueno y respetar a los demás necesario. Pero este tipo cree que por decirte “banda” puede hacer lo que quiera y tú vas a aceptar por más que te perjudique. Sucede así, por fin estabas en un punto cerca de tus amigos, pero donde ves perfecto en eso… “Oye banda, ¿sí te puedes mover? es que tapas a mi novia” no querías ser grosero y te mueves, de pronto tu nuevo “amigo” ya está tomando tragos de tu chela sin permiso. En eso…. “hijole….¿eso es un cigarrito banda? sssss no seas malo, si somos banda” una vez más, caes en su viejo truco y así de la nada en cuestión de segundos ya no hay cigarros.Por supuesto, tampoco hay banda, partió para organizar el slam.
  • El grupito de Meli y así (o las entaconadas): esta es una especie que ante todo consideraba al resto de grupo igual que las hormigas siempre viajan en cadena. Se agarraban de la mano para que todas estuvieran juntas y ningún maleante las fuera a toquetear. Aman subirse encima de los hombros de su novio para no dejarte ver y ellas poder salir en la pantalla haciendo con la mano el signo de “rock”. (O “amor y paz” si son más hippies). Las pudimos haber encontrado coreando “Isabel”, de Luismi, a todo pulmón, pero desde que conocieron a los Kooks, se dieron cuenta que aunque sean “raras” lo que realmente les gusta es el rock.
  • El más fan: nadie puede ser tan fan como el más fan. A este sujeto le gustaba presumir que sabe TODAAAAS absolutamente todas las canciones del setlist (hasta las que aún no han salido, es más sabía cuál seguía). Siempre complementaba el término de la rola con un “¡maestro!” y aplaudía de tal forma que sus aplausos eran los más auditivos de la masa. En las canciones un poco más movidas jamás tuvo pena en tomar tus hombros como apoyo para el brincoteo. Cuando terminaba la banda, a pesar de que ya haya habido un encore, siempre gritaba el nombre del artista y lloró todo el camino de los zombies hasta llegar a su hogar.

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