Ninguna mujer podía sentarse en en este lugar, forrado como si fuera un cuerpo desnudo de hombre, el respaldo un pecho y el asiento unas piernas con pene, señalaba que era exclusivo para ellos. Las reacciones no se hicieron esperar. Algunos rieron, muchos se sacaron de onda y otros hasta se molestaron. Lo cierto es que pocos intentaron sentarse.

Se trata de un video que circula en internet bajo el nombre de “Experimento asiento” y que busca hacer consciencia del acoso que viven diario las mujeres en el transporte público. En el piso, debajo del dichoso asiento se podía leer una leyenda: «Es molesto viajar aquí, pero no se compara con la violencia sexual que sufren las mujeres en sus traslados cotidianos».

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