Estamos a nueve días de que se les acabe el tiempo para hacer la Constitución chilanga a los constituyentes. En medio de esas prisas, hace una semana, Damián Alcázar tiró la toalla y ayer explicó sus motivos además de contar su experiencia en esa Asamblea.
“No renuncié, pero tuve que pedir licencia por mis obligaciones actorales”, escribió el actor en un artículo para la revista Proceso, en el que explicó que ya tenía compromisos para grabar dos series.
Damián, que llegó ahí gracias a los votos de Morena, se fue con todo: “Se perdió la oportunidad histórica de gestar una Constitución Política de avanzada, humanista y de espíritu social y libertario donde la ciudadanía tenga voz y voto”.
Sobre sus días en el Constituyente dijo que sintió “sorpresa, luego pasé a la indignación, la risa y el coraje, y de nuevo a la sorpresa, la risa y después de plano a la chacota, porque es una burla”.
Entre sus conclusiones quedó: “Lo que justamente le hace falta a la nueva Constitución de la Ciudad de México es ¡poder ciudadano!”.
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