Ah, una cinta histórica más, pero que pretende ser artística con base a una manipulación sentimental y grandes imágenes de China. John Rhys Meyers tras su éxito en los Tudors, trata de ser sensible, pero su mirada se inclina un poco más hacia su personaje de Enrique VIII.

En esta cinta interpreta a un periodista inglés que durante la ocupación japonesa en China, rescata a 60 huérfanos de una muerte asegurada. Sin embargo, el director no se enfoca en la travesía que experimenta nuestro héroe, quien conforme avanza la cinta no se nota maduro o como miembro de una experiencia que pudiera cambiar su vida.

Es como ver la Lista de Schindler hecha por alguna compañía que apadrina niños en el extranjera.