Los juegos del destino
Por: Redacción
Por Ira Franco
Cualquier enfermedad mental se arregla haciendo jogging, enamorándose y/o aprendiendo a bailar. Las adicciones al juego (Robert De Niro), al sexo (Jennifer Lawrence) y a la violencia (Bradley Cooper) son pasajeras y terminan en un estallido de felicidad y unión familiar… O eso nos cuenta David O’Russell, director y escritor de esta película interesada en presentarles a los treintañeros lo que antes sólo se les quería vender a los adolescentes: la extraña fantasía de que, aún después de haber estado en una institución para enfermos mentales, vivir hacinado en el ático de tus padres, tener un matrimonio destrozado y rehusarte a tomar tus pastillas, aún es posible (¿deseable?) el amor adolescente “mágico” (pfff) –con una mujer buenérrima y totalmente dispuesta como Jennifer Lawrence, debo añadir.
La fórmula es buena, a veces tiene buen ritmo y buenos diálogos. Para muchos, incluidas los publirrelacionistas de Hollywood que ya la vendieron para algunas nominaciones en los Óscares, funciona.