Los hermanos Guard hacen su debút con este remake del cine asiático. O sea del terror de de a de veras. Y qué bonito, dos hermanos relatan la vida de dos hermanas. La historia es similar a la original coreana: una chiquilla nombre Anna, después de la muerte de madre biológica es llevada a un hospital para curarse del trauma. Pasa el tiempo y luego de que “se cura”, su padre decide llevarla de nuevo a su casa. Tal cual como la Hija pródiga, pero distinto.

Al llegar a su hogar se da cuenta que algo ha cambiado: tiene una nueva mamá, Rachel (mamacita si me lo permiten, es Elisabeth Banks), la ex enfermera de su progenitora. Anna un tanto celosa comienza a sospechar de la nueva reina de su casa, sin embargo todo parece producto de los celos, hasta que un día Anna recibe la visita de su madre quien le advierte de que Rachel no es tan buena (persona) como lo aparenta.

Anna y su hermanita tendrá que convencer a su padre de la personalidad frívola y bipolar de su nueva esposa, sin embargo Rachel tiene sus propios métodos para engatusar a su esposo y sobretodo para eliminar a estas dos hermanas.