El descubrimiento de un antiguo libro sobre brujería y satanismo en una librería de Berlín inspiró al cineasta danés Benjamin Christensen para realizar un tratado fílmico, entre el documental y la ficción, acerca de la noción de la maldad, la superstición y la locura, desde la Edad Media hasta nuestros días, a través de breves relatos. El resultado es este filme, el más costoso del cine nórdico silente, cuya intención antropológica se mezcla con las delirantes imágenes conseguidas por el cineasta