Por Ira Frnaco

Una pareja estadounidense en Londres se topa con una gran bolsa de dinero ilícito y deciden usarlo para pagar su hipoteca. Kate Hudson y James Franco son el matrimonio Wright, en una cinta que pretende ser policiaca, pero en su lugar vomita todos los clichés del género sin saber qué hacer con ellos.

Su mérito es poner al descubierto la falta de empleo y de futuro que tienen muchos migrantes en Reino Unido, a pesar de contar con una maestría, como el personaje de Franco.

La cinta deja entrever el verdadero malo de la película: las deudas, los bancos, el dinero. El joven matrimonio ha tenido que abandonar América después de la crisis y ahora sólo ambicionan tener un hijo, pero escogen una de las ciudades más caras del mundo para empezar de cero (sólo la guionista sabe por qué).

Gente bien tiene talento involucrado, pero la cinta nunca despunta de la medianía: casi puede llegar a ser entretenida, pero la olvidarás de inmediato.