Por Ale González

Sí, aunque Eclipse sea el tercer film de la saga de Crepúsulo, la sala se atiborra (aún) con suspiros y anhelos por un amor (claramente muy utópico) como el de Bella y

Edward. Esta vez, extrañas matanzas alrededor de Seattle hace que los Cullen y

los Lobos lleguen a un acuerdo por proteger a Bella, quien de nuevo, se

encuentra en peligro. Con esto se desatan una serie de escenas de batallas,

acompañadas por un soundtrack en el que por tercera vez, destaca Muse como

banda porta voz de Twilight.

La

trama se desarrolla con Bella, que sin sacarse de la mente una eterna vida con

Edward, continúa empecinada con la idea de convertirse en vampiro. Aunque la

chiquilla es tenaz y determinada, Jacob entra en escena para remover los

sentimientos de la protagonista. Sí, por tercera vez el lobo muestra su

perfecto y tonificado cuerpo como el postre visual para las chicas de la

sala. El trío se ve forzado a

interactuar entre ellos la mayor parte del tiempo: Jake como la tentación,

Edward como el principe azul. La

historia se ve enriquecida por nuevos personajes en la que se incluye Catalina

Sandino, la actriz colombiana que impactó a Hollywood después de su trabajo en María

llena eres de gracia, tomando el rol de una vampira victoriana, sensual y peligrosa.

Eclipse comprueba que David Slade

puede manejar paquetes grandes. El cineasta británico deja sello con su oscuro

y rítmico estilo. Juega continuamente con tomas cerradas e iluminación lóbrega

que inyectan suspenso a las peleas y persecuciones. Además maniobra a la perfección

el ritmo entre el slow y fast motion. Slade hizo de esta tercer parte, la mejor de

las tres cintas de la saga crepusculiana. Aparte de pasión y acción, se

agradecen los toques humorísticos. Melissa Rosenberg, guionista de la hasta

ahorita trilogía de Twilight, se encarga de meter entre los diálogos detalles

jocosos que rompen con la monotonía y agracian la personalidad de los

protagonistas. Eso sí, los efectos especiales de los lobos dejan mucho que

desear, se ven más falsos que los ojos de los vampiritos.

A

pesar de que entre las butacas se escuchan los susurros de "yo ni la quería ver

pero me forzaron", ésta se encuentra en uno de los "must see" de la lista filmográfica

de todo cinéfilo.O quedará sin opinión en las pláticas desobremesa de las próximas semanas.