Por Jaime @_azrad

Después de cuatro años de investigación, la ópera prima de Everardo Gout logra una fiel representación de la desesperación, la incertidumbre y el pánico. El director llegó con su cinta a la semana de la crítica en el Festival de Cannes 2011, y es crudo y directo.

En Días de gracia,la violencia por la que nuestro país atraviesa es retratada -sin censura-con tres historias que se ubican en los mundiales de fútbol de 2002, 2006 y 2010; un policía, un rehén y una esposa son los objetos de la peculiar narrativa del filme. Con un montaje paralelo, la cinta propone diferentes realizaciones para cada historia:

Gout filmó las tres tramas con tres formatos (8, 16 y 35 mm), las musicalizó con tres músicos diferentes y repartió la edición entre José Salcedo (Hable con ella, 2002) y Hervé Scheid (Amelie, 2001). La intención fue hacer de cada relato uno único, pero, a la vez, ligarlos entre sí. Esto con distintas versiones de la clásica canción Summertime, interpretada por Nina Simone, Janis Joplin y Scarlett Johansson, una para cada historia.

Cientos de entrevistas con víctimas del secuestro, policías, investigadores y más dieron a Gout una sensibilidad que se percibe en pantalla, pues se limita sólo a contar una historia e intenta, en todo momento, no tomar parte por nadie. Las víctimas pueden, entonces, ser todos los representados en pantalla, y no sólo los secuestrados.

Densa y realista, Días de gracia agobia fácilmente, como la realidad que retrata, pero intenta diferenciarse de lo ya conocido con propuestas en fotografía, música, edición y narrativa que valen la pena.