Por Miguel Rivera

Su catastrófica entrevista con David Letterman, el intento fallido de crear un nuevo álbum producido por P Diddy, las drogas y hasta los insultos contra su público nos hacen creer que el hombre perdió la razón. A la mitad de la cinta, comienza el debate. Medios como el Daily News dicen que todo es una farsa, que Joaquín Phoenix ha tomado al mundo como su escenario y está interpretando un personaje caótico e irremediable.

O tal vez en realidad estamos en presencia de un hombre harto de la industria que lo vio crecer, alguien que ha perdido cualquier noción de la realidad, decencia y respeto. ¿Será ficción o realidad? ¿Será que Phoenix caerá ante sus adicciones o volverá muy a la Mickey Rourke para estremecernos? Finalmente una periodista acaba la con la pregunta que parece ser más certera y relevante de toda la cinta: ¿De verdad nos importa?