Por: Hugo Juárez (@poketronik)

En Assassin’s Creed, Michael Fassbender hace dos papeles. Uno se llama Callum Lynch, quien es un reo condenado a muerte con un pasado familiar complicado. Cal recibe la inyección letal, pero no muere, sino que es “secuestrado” por una organización secretaque utiliza el “Animus” (una máquina futurista de realidad virtual) para que el sujeto reviva los recuerdos genéticos de sus ancestros. Su objetivo es localizar un artefacto milenario conocido como “la Manzana del Edén”.

Aquí es donde entra el otro personaje de Fassbender: Aguilar, un asesino que vive en la España del Siglo XV, y que es el último ser humano que tuvo contacto con la Manzana. Es así como la organización usa a Callum para revivir sus memorias de Aguilar con el fin de conocer el lugar exacto donde se encuentra el artefacto. Todo esto está enmarcado en una milenaria guerra entre el linaje legendario de los Asesinos y los controladores Templarios (Abstergo).

El anterior planteamiento, que de por sí es complejo, da pie a muchos hilos argumentales que los guionistas quisieron incorporar orgánicamente en una sola película pero fallaron: tenemos la eterna rivalidad entre los Asesinos y Templarios, y se explican sus motivos muy explícitamente para no dejar lugar a dudas, pero jamás se logra obtener tensión real por esta razón; así mismo, la batalla queda reducida a una mera anécdota en el que dos grupos contrarios persiguen el mismo artefacto.

Tampoco hay lugar aquí para que la relación entre los protagonistas (Fassbender y Marion Cotillard) se desarrolle, por lo que escuetamente se explican las motivaciones de cada uno (con sus respectivos pero poco impactantes giros de tuerca), las cuales más bien sirven para dar lugar a la(s) secuela(s) de esta película, en lugar de sostenerla por sí misma.

En el trasfondo de la lucha entre Asesinos y Templarios hay elementos que le dotan de universalidad y mitología a la trama, pero éstos jamás se desarrollan, sólo se mencionan, aunque tal vez es para bien, porque de por sí la trama puede ser complicada de seguir para algunos, por los múltiples hilos que la conforman.

Las secuencias en la antigua España tienen su mérito porque fueron filmadas, en su mayoría, sin abusar de los efectos especiales, con acrobacias y coreografías bien logradas que lamentablemente no lucen debido a la edición y a los erráticos movimientos de cámara que abusan de las tomas cercanas, por lo que jamás llega a haber una integración entre los interesantes escenarios y las peleas.

Al respecto de los escenarios, cabe decir que están bien recreados, pero no se aprovechan del todo para desarrollar la trama de Aguilar, que no se entiende y se queda en un mero pretexto para dar justificación a la trayectoria seguida por la Manzana, aunque se introducen otros personajes secundarios que tienen potencial como el Príncipe Ahmed, María la asesina, Tomás de Torquemada o los Reyes Católicos, quienes quedan meramente como parte de la escenografía.

Tristemente, la mayoría de la trama se desarrolla en el presente, en las instalaciones de Abstergo, donde predominan las tomas claustrofóbicas y monótonas, combinadas en momentos con la actividad del Animus y la aparición de imágenes del pasado. La falta de ritmo y armonía entre las secuencias del pasado y del presente es uno de los mayores fallos de esta película.

Al final Assassin’s Creed se siente como una mera película introductoria para una serie por culpa de su potencial desperdiciado, sus múltiples tramas sin desarrollar, sus personajes que pasan desapercibidos y una anécdota simple que se buscó complicar de más. Es entretenida, pero no caigas en la trampa: parece que será más que una cinta palomera, pero termina siéndolo irremediablemente.

(En el texto anterior se omitió intencionalmente toda referencia al videojuego en que está basada la película con el fin de tratar a ésta como un producto que debe vivir por sí misma, sobre todo para aquel público que no tenga ni idea de la existencia de los juegos. Para los que sí son fans de los títulos de Ubisoft, lamentablemente esta cinta no les hace justicia, si bien trata de conservar los elementos que los han hecho exitosos. Sin embargo, la película deja claro que en el mundo del entretenimiento interactivo está la clave para refrescar la industria hollywoodense).