PorCarlos Arias

Amnistía es una de esas películas denominadas “experimentales”, que rompen con las convenciones del relato fílmico y cuyo estreno en el circuito comercial parece poco afortunado. La cinta, cuyo ámbito natural sería el llamado cine-arte, donde tampoco brillaría por virtudes fuera de lo común, fue estrenada en el Foro de la Cineteca como representante de un país cuya filmografìa nos resulta tan extraña como… ¡Albania!Pero más extraño aún resulta su desarrollo.

Cinta lenta, casi sin diálogos, cuenta la historia de un hombre y una mujer, desconocidos entre sí, que acuden desde diferentes lugares para realizar una “visita conyugal” una vez por mes a sus respectivos marido y mujer, quienes se encuentran presos, gracias a una inusual “libertad” decretada por el gobierno para favorecer a los prisioneros y adecuarse a las leyes europeas.

Ambos personajes tienen la oportunidad de tener sexo con sus respectivos cónyugues, en una ocasión que parece tan poco romántica como incómoda. Sin embargo, entre los dos visitantes se va generando una complicidad originada por la similtud de sus situaciones, que los lleva a acercarse entre sí y a establecer una relación secreta.El problema es que la situación cambia radicalmente cuando el gobierno decreta un amnistía que conduce a la liberación de los prisioneros.

La película ofrece un retrato cotidiano en torno a los personajes, en una anécdota que sirve como marco para mostrar un país desconocido para Occidente y que incluso es víctima de muchos malentendidos culturales.
Albania fue escenario de una de las peores dictaduras durante la era del comunismo en Europa del Este, con un régimen que combinaba como pocos la dominación política con una represión a las costumbres, que por supuesto incluía la represión sexual, y una cerrazón al resto del mundo que suponía el cierre del acceso a turistas y hasta la prohibición de usar ropa demasiado llamativa.

La historia puede ser vista de este modo como una metáfora de esa “amnistía” que representó en aquel país la apertura a Occidente, un suceso carente de todo glamour, en medio de estructuras patriarcales y autoritarias que se conservan, con o sin comunismo, crisis económica y aislamiento.

El director es el albanés Bujar Alimani y Amnistía (2011) es su debut en largometraje.