Por Omar Morales

Este es un disco de aventuras con letras autobiográficas, melodías memorables, armonías sorprendentes y un trabajo de arte fuera de lo común en su género. Stornoway nació como banda hace siete años en Oxford, Inglaterra, cuando el azar provocó que dos jóvenes músicos de talento singular, Brian Briggs (cantante, guitarrista y compositor nacido en Irlanda) y Jon Ouin (tecladista y arreglista nacido en Londres), se conocieran durante un evento escolar. Poco después se reunieron con la intención de hacer música juntos, se entusiasmaron y pusieron un anuncio solicitando un bajista al que sólo una persona respondió, el sudafricano Oli Steadman, cuyo hermano menor terminaría por completar el cuarteto en la batería. En 2006 le dieron forma a sus primeras composiciones, se autoprodujeron y grabaron algunos demos en un garage que fueron programados en algunas estaciones de radio y comenzaron a dar conciertos. Editaron un par de sencillos de forma completamente independiente y en 2009 se convirtieron en el primer acto sin contrato discográfico que Jools Holland invitó a tocar a su célebre programa de televisión. Poco después firmaron con 4AD.

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El 24 de mayo de 2010 lanzaron a la venta su disco debut, Beachcomber’s Windowsill, armado con los demos que ellos mismos registraron en un garage. The Times lo calificó como “el primer gran álbum del verano”, The Guardian los nombró “su banda nueva favorita”, y la BBC dijo que “es muy difícil no quedar atrapado por la hermosura del disco”. Sumando mi opinión puedo decirles que si disfrutan del pop inteligente, alejado de las modas, Stornoway es el pozo adecuado para sumergirse. Sus letras están cargadas de humanidad y aluden a experiencias de vida, Brian Briggs tiene grandes capacidades tímbricas en la voz y los arreglos de carácter orquestal de Jon Ouin son la envoltura perfecta para estas canciones de nostalgia confortable.

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El pasado 19 de marzo salió a la venta el segundo disco de Stornoway, Tales from Terra Firma, una vez más producido y grabado por ellos mismos en un garage. No hay giros inesperados respecto al primero y eso es de agradecerse. Dominan el pop grandilocuente y han avanzado enormidades como músicos en poco tiempo. Era difícil que superaran su gran debut y lo han logrado. Tales from Terra Firma es un disco más amplio, con detalles electrónicos y mayor peso en los sintetizadores, y un gran balance entre cajas acústicas y metales. Las armonías creadas por Jon Ouin son cada vez más complejas, con grandes pasajes instrumentales de tintes cinematográficos incluidos, pero logra con mucha habilidad contener sus arreglos en pos de no aplastar las canciones. Brian Briggs ha cargado sus letras de poesía y metáforas que evitan la obviedad: I saw a feathered silhouette on the crest of unforgiving waves; It hovered over salty air, and I couldn’t tear my eyes away. Somewhere in between the lines,I drifted into fantasy but you’re the only open book, a portal to a star-crossed sea

Tales from Terra Firma es un disco que desborda imaginación musical. Conmueve y atrapa desde la primera escucha pero desafortunadamente salió al mercado en medio de lanzamientos de mucha mayor popularidad. Entre Bowie, Depeche, Strokes, Clapton, Timberlake, den una oportunidad a este joven grupo independiente que ha logrado un disco encantador.