Por Omar Morales

Cuando el vocalista de una banda exitosa, de trayectoria irreprochable y prestigio impoluto, decide explorar una veta solista, lo primero que me viene a la mente es una pregunta: ¿qué necesidad?En ocasiones el artista en cuestión me abofetea con un puñado de grandes canciones ajenas al estilo de su banda, y otras me da la razón al plagiarse a sí mismo. Pues debo iniciar este textoacusandoque Jim James pertenece a la categoría de los golpeadores.

Con 15 años de carrera y seis discos de estudio (de los cuales el más reciente,Circuital,es una gran obra)My Morning Jacketes uno de los actos mejor logrados enla historia reciente delrock.Por esoel reto de Jim James al distanciarse momentáneamente de subanda es mayúsculo, pero a mi gusto lo ha librado sindificultad.Este hombre barbado de 34 años, nativo y residente de Louisville, Kentucky, seatrincheró en su estudio casero atrabajar en suprimerLpcomo solista (en 2009 editó unEphomenaje a George Harrison). Compuso todas las canciones, lo produjo, ycon excepción de algunas percusiones y cuerdas,interpretó y grabó el resto de los instrumentos de este disco. Labor nada sencilla y que muy pocos artistas logran con suficiencia, mucho menos con excelencia.

Regions of light and sound ofGodes un disco de título pretencioso que abruma por las sencillez de susestructuras y la grandeza de su sonoridad.Al frente deMy Morning JacketJim James da rienda suelta a su vena rocanrolerayen este esfuerzoindividual seda el lujo de experimentar con una mayor amplitud de estilos.Countrypsicodélico,soulespacial,bluesde carácter afroantillano,soundscapesyafortunados pasajes instrumentales le dan forma y cohesión a este disco.Protegiendo un sonido propio que ha construido con los años, Jim James es un gran catalizador de influencias y en estascancionesescucho básicamente tres:una voz que camina constantementepor la cuerda floja de la afinación, connotas largasenvueltas enlamentos y que inevitablemente recuerdan a Nina Simone; la ansiedad contenida en el última etapa de John Lennon; y la hipnosis musical de Traffic. Con esaterciacomo guía, poco probable que el disco hubiese salido mal.

El vértigo y la violencia de las distintas realidades que vivimos todos los días nos están volviendohippies. Cada vez sonmáslas propuestas musicales quetoman sonidos de esa época, los desempolvan, reinterpretan y cada vez somos más los que nossubimos altrende sus ideas e intenciones.Jim James se suma a la oferta, propongo quebajemos la velocidad, disfrutemosdel recorrido y apreciemoslos paisajes,queRegions of light and sound ofGodserá unode los grandes copilotos musicales de este año.

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