Fernando Bartolomé Delmar

El sencillo “Low Times” es un nuevo clásico de la vocalización, un asunto sublime de las voces en armonía. Hace años que el asunto independiente no nos había dado un producto tan emocionante (que no fresco), nutrido y bien ejecutado como esos seis minutos de ritmo trepidante. Se hace esquina con los trances que luego regala, las texturas son dignas de un estadio monumental y elpop,todos lo sabemos, para eso está. Por su parte, “Reappear” nos regresa al sabor femenino de los últimos tiempos. Al de Zola Jesus, Fever Ray y sus huestes. Quizá haya un poco más de ánimo meditativo, en la mejor tradición de 4AD, lo que hace a la pieza rodar con mucha mayor ligereza.

Sin embargo, el diagnóstico debe ser reservado, so pena de elevar expectativas de forma irresponsable:Ghostoryempalaga, en muchos momentos, por una conjunción de elementos que termina sonando genérica. En la hermosa voz de Claudia Deheza hay demasiado de Elizabeth Fraser, en la música demasiadas inclinaciones por la música popular más blandengue (algunos minutos recuerdan a los más tedioso de lo experimental en Madonna) y las texturas delshoegazeya trabajadas hasta el cansancio hoy en día; es un disco del día, de nuestra época, sin mostrar más que los dos encantos citados para el futuro.

Así, “Lafaye” ha sido grabada ya unas millones de veces, con otros títulos y detalles distintos, aunque con los mismos valores de producción; “White Wind” parece interpretada por una especie de Depeche Mode en tragedia, y “The Night”, junto con “When You Sing”, se avientan al olvido. No hay mucho para ofrecer.

Un disco más de la Escuela de las Siete Campanas, de producción excelente (el sonido nunca decae) y momentos irregulares. No hay más.