Por Omar Morales

Definición de Blues a cargo de Charlie Musselwhite: Es un sentimiento, no tiene que ver con un cambio de acordes, podrías tener la típica progresión de primera, cuarta y quinta pero sin ese sentimiento no sería blues, pero en cambio B.B. King podría cantar “María tiene un corderito” y entonces sería un blues. Por eso más allá de la música, el blues es un sentimiento…

En el siglo XVI algunos hombres ricos y poderosos se dedicaron a importar bajo la ley de la fuerza a miles de hombres y mujeres africanos para trabajar en sus nuevas colonias, transformándolos de tajo de espíritus libres en esclavos. Lo que nadie se imaginó fue que a partir de ese acto de barbarie mercantil la música occidental comenzó a evolucionar hacia lo que escuchamos hoy en día. En Estados Unidos, hombres y mujeres cantaban en las plantaciones para aligerar el peso de su condición, esos lamentos en forma de canciones se fueron mezclando con la música bucólica de tradición europea y en el siglo XIX nació el blues, cuya fusión con el ragtime derivó en el jazz y años después tuvieron un hijo descarriado de nombre rock´n roll. El resto es historia, el origen es el blues. Desafortunadamente el tiempo lo ha condenado al desuso y resulta complicado encontrar nuevas composiciones salidas de sus terrenos que resulten interesantes, el blues se ha ensimismado y se ha perdido en la reinterpretación, pero este disco emociona y sorprende por su atemporalidad convirtiéndose de inmediato en un baluarte del género y en una excepción a la regla.

Ben Harper y Charlie Musselwhite son hombres de generaciones y razas distintas, unidos por su amor a la música tradicional norteamericana y una coincidencia. En 1998 ambos fueron invitados por John Lee Hooker, una de las grandes leyendas del blues, a participar en su disco The Best of friends. Hooker hizo hincapié en la afinidad musical entre Harper y Musselwhite y les sugirió que trabajaran algo juntos. Desde entonces, de forma esporádica debido a las agendas de ambos, grabaron un par canciones y unieron fuerzas para algunas presentaciones en vivo, pero durante más de diez años tuvieron la espina de firmar un disco juntos y por fin se la han podido sacar.

El verdadero blues tiene profundidad y sustancia. Estas canciones vienen del corazón más que de la cabeza. Más que sólo música, son reflexiones de vida… Charlie Musselwhite.

Harper es uno de los músicos más respetados de su contexto, guitarrista preciso de voz privilegiada y composiciones memorables. Musselwhite es uno de los bluesman de tez blanca más admirados en la historia de este género, acróbata de la armónica y dueño de una cavernosa voz. Juntos han logrado un disco contundente, quizá el mejor de sus respectivas carreras. Get up! tiene muchas virtudes y no logré escucharle un solo defecto: diez composiciones originales y sin rodeos que navegan por distintas vertientes del blues; una grabación limpia y sin maquillaje, sólo bulbos y reverberación en favor de un registro orgánico y directo; letras viscerales y poética rasposa con frases del tipo “You found another lover, I lost another friend”; una interpretación viva en favor de las canciones y no del lucimiento individual de los músicos, nada de pirotecnia ni malabarismos, de hecho la armónica de Musselwhite sorprende por su contención, aunque impresiona con la majestuosidad de un par de solos.

Ben Harper ha explorado en las tierras del soul, el gospel, el rock, pero definitivamente lo mejor de su oficio como intérprete y compositor está en los pantanos del blues. Lleva un par de años metido en un tormentoso proceso de divorcio que ha sabido catalizar en algunas canciones conmovedoras y otras incluso desgarradoras. Mr. Harper perdió una esposa, nosotros ganamos un extraordinario disco de blues

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